viernes, 30 de junio de 2023

A TRANCAS Y BARRANCAS

LGTBI ¡Ala! Así como suena y sin anestesia, si hace unos años alguien nos hubiera dicho que habría multitudinarias manifestaciones en las calles a favor de lo que ahora se llama colectivo LGTBI lo hubiéramos tratado de loco en un tiempo en que la ley de vagos y maleantes te llevaba al calabozo sin más garantías que la voluntad del comisario de turno que para afianzar su masculinidad trataba a sus víctimas como desechos de la sociedad ¿Pero… como se escondía esa inclinación no normalizada en aquella época? Lo más seguro era el matrimonio; casarse era el subterfugio más socorrido para ocultar este desequilibrio sexual, contraer matrimonio era garantía y marchamo de normalidad y tener hijos el salvoconducto que habría puertas en una sociedad con orejeras que no entendía mas valores que los que marcaban la religión y la dictadura.



Cabria preguntarse qué pasaba en aquellas alcobas una vez apagada la luz, como y de qué manera una pareja engañada asumía la falta de motivación del compañero o compañera que presumiblemente lo achacaría a factores o imprevistos momentáneos e incluso achacaría al otro la falta de interés implicándolo en una vergüenza compartida para evitar manifestarlo ante la sociedad y seguir dando así la sensación de normalidad. La vida de muchas parejas de nuestro tiempo transcurrió a trancas y barrancas en la oscuridad de su alcoba, a nadie se le hubiera ocurrido entonces manifestar en público su condición sexual pero tampoco entiendo que actualmente esto tenga que entenderse como triunfo de la misma manera que no existe el día del feodel gordo, o del guapo.


Siguiendo esta idea para complementar y compensar los años de oscuridad y oprobio ahora tendrían que salir a la calletambién otras manifestaciones, las de las victimas de parejas obligadas a convivir con los ahora amparados por la bandera multicolor, aquellos que para evitar escándalos y sobre todo no arrastrar a la vergüenza los hijos sobrevenidos aguantaron y aguantan abstinencias impropias de su consideración como matrimonio, nos sorprendería el número de manifestantes, pero eso sí; no abría tantas alegrías ni exaltación como muestra el colectivo LGTBI.


HAY  ALCOBAS QUE SON TÚMULOS DE NOCHE Y BASTIDORES DE DÍA

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona