sábado, 9 de septiembre de 2023

AGUANTA, AGUANTA


Aguanta, aguanta no te constipes, tienes que aguantar mientras yo pueda conducirte, aguanta por Dios o por tu padre pero aguanta, tú que ya tienes la vitola de histórico y formas parte como yo de otra época no puedes dejarme solo, seguiremos viviendo juntos nuestros pequeños percances sin despojarte de ningún adminiculo con los que mi hija te adornó, te trato con cariño, te aseo con duchas de agua fresquita y espuma de afeitar, tienes tu casa en mi casa tus paseos son mis paseos y tus pupilas son mis ojos, evito cargarte en demasía, tampoco te exijo correr demasiado (aunque tú lo pretendas) y sufro tanto como tú cuando hay piedras en el camino o un asfalto que pueda magullar tus albarcas.

Eres espartano en el gasto, cómodo y solido en la conducción,  tu silueta ovalada y baja altura te hacen seguro ante aguaceros ventiscastengo en ti el compañero ideal, ninguno admitimos sonidos estridenteslos C.D. el casete y la radio siguen sonando en ti deliciosamente con ellos seguimos cantando a dúo entre otras las canciones de nuestra tierra, tus múltiples recovecos invitan a llenarte de cachivaches  y aunque sé que no te molestan bien sabes que te libero de ellos al final de cada viaje, por tu longevidad al igual que mi propio motor tenemos que ser revisados cada poco tiempo pero tanto el uno como el otro lo pasamos con nota y siempre nos despiden con un adiós paternalista hasta el año próximo. 



Tengo que admitir que en su día te dejé marcada la piel, fue (y tú lo sabes)  por no molestar a una anciana en silla de ruedas, me dolió mucho tu lamento al rozar tu impecable epidermis plateada pero por lo demás según los entendidos te conservas muy bien para la edad que tienes y como eres un ejemplar casi único no te es fácil pasar desapercibido allá donde vas, me hace mucha gracia cuando los chiquillos cuando pasamos a su lado te saludante reconocen por ser el protagonista de sus dibujos animados y hasta pretenden que hables como lo haces en la serie, es el momento en el que casi me invitas a que te detenga y baje el cristal para firmarles autógrafos, eres así de coqueto y hasta un puntito presumido pero te lo perdono dados tus muchos años.

Por eso te digo que tienes que aguantar, por eso y porque quiero devolverte coqueto y acicalado a tu dueña que te dejó en mis manos por tiempo indefinido con la sola condición de que cuando nos llegue el ocaso vuelvas a su poder, eso y sobre todo porque eres imprescindible para que sigamos disfrutando de total libertad. Valoro tu  paciencia cuando tenemos que ponernos en viaje y no ves momento de arrancar porque siempre falta un aquel o un queseyó y saturado de bolsos, bolsitas y trebejos y después de aguantar la penitencia de hacer recuento mental de obligaciones y costumbres al cerrar la casa y estás seguro que mi mujer tiene su bastónrendido a sus pies, incrustado su bolso en el regazo, acomoda la botellita de agua en tu faldón,  se asegura que te he dado de beber y que los cinturones de seguridad están puestos es cuando llega el momento más esperado por ti: el giro de la llave  y el rugir de tu motor son como el relincho de un pura sangre antes de emprender la carrera.

Por todo esto y más tienes que seguir aguantando no podrías vivir en otras manos ni yo lo permitiría así seguiremos hasta que al fin vuelvas a manos de Sonia que seguro te conservará como una joya y yo me consolaré explicando en sobremesas y encuentros familiares las muchas peripecias vividas juntos. Mientras tanto, aguanta, aguanta.

                EL COCHE ES LA CARCASA DE NUESTRO  CARÁCTER

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona