Los barcos se reconocen por sus banderas, pero hay banderas que identifican un barco, la barceloneta, marinera donde las haya, tiene un rompeolas peculiar. Pregunta a cualquier marinero de tierra adentro y todos sabrán que el emblema mas destacado del lugar se llama Salamanca.
Salamanca es el nombre del barco que contra viento y marea depliega su estandarte y luce a los cuatro vientos el origen de su constructor, este barco que ha navegado en mares revueltos, que ha sabido capear temporales y que sabe muy bien a que puerto quiere llegar necesitaba un mascaron de proa, y parece que la marinería ha resuelto entregar a su capitán un mascaron único e irrepetible: La medalla de Oro de la ciudad de Salamanca.
Silvestre con la presidenta de la Diputación de Salamanca y el autor
Los que vivimos en Barcelona sabemos muy bien lo que cuesta hacerse un nombre en una ciudad como ésta, conocemos también lo que entraña el ser reconocido entre el gremio de los restauradores hasta adquirir la popularidad de la que disfruta, valoramos lo que es un trabajo continuado en una profesión tan dura como la hosteleria Pues lo que es mas agradable de todo ello es saber que todo tendrá continuidad en sus descendientes. Cuando alguien menciona este barco no puedo por menos de sentirme orgulloso y cercano a nuestro paisano.
Querido Silvestre: Cuando no hace mucho nos reunirnos un buen numero de amigos tuyos en el homenaje que con motivo de la semana de Salamanca celebramos aquí en Barcelona y en el que te nombramos socio de honor, pudimos darnos cuenta de lo fácil que es hacerte emocionar con sólo mencionar a nuestra tierra. Es pues de absoluta justicia que esa medalla de oro de nuestra ciudad se incorpore a la proa de tu barco que tenemos como nuestro por sentirnos enrolados como marineros en la empresa común de hacer de Salamanca el orgullo de haber nacido.
Enhorabuena por anticipado, a partir de ese momento en Barcelona tendremos un trocito del reflejo dorado de las piedras de Villamayor como faro y guía en la Barceloneta.
Nunca estuvo tan justificada la medalla de oro de nuestra tierra ni puede lucir mejor que en el pecho de quien hizo de Salamanca emblema y seña de identidad de su vida y de su obra.
Enhorabuena paisano!!!!!!
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