miércoles, 15 de abril de 2009

LA GUERRA QUE NUNCA EXISTIÓ

Uno no puede dejar de sorprenderse de que se acuda a la memoria histórica saltando por encima de memorias más recientes que parece que nunca existieron.

Hay un aniversario que no se ha celebrado ni mencionado y que está mas cerca en el tiempo que la maldita guerra civil que parece cubrirlo todo. Me estoy refiriendo a la guerra de IFNI donde se dieron por muertos o desaparecidos a más de seiscientos soldados Españoles. Soldados que además fueron de reemplazo, sin ninguna experiencia y sin más ideales que los de tener la edad obligada de tener que ir a la mili.

Cómo puede haber olvidado todo el mundo lo que fue un matadero para muchos españoles, es una situación incomprensible a todas luces y dantesco para los que lo padecieron, gente que murió por conseguir un poco de agua de un pozo único en la zona, pozo batido por ametralladoras y sin más protección que los cuerpos de los compañeros muertos.

Cómo puede haberse olvidado la impasibilidad de los destacamentos franceses, testigos de piedra de un sacrificio que parecía inmolar a soldados escuálidos intentando la última descubierta a la desesperada por recibir órdenes incongruentes de mandos retomados de la guerra civil española.

Cómo puede ser que periodistas que se llaman a sí mismo investigadores e historiadores no hayan escrito una sola línea sobre esta masacre de la que ahora “sólo” han pasado cincuenta años y de la que supongo hay entre nosotros testigos directos a los que tampoco se les da ninguna cobertura.

Cómo puede ser que estén como desaparecidos más de doscientos soldados de aquella encerrona y nadie intente recuperar sus restos para enterrarlos de una forma digna.

Cómo puede ser que se discuta si las familias de los muertos de un bando pueden reclamar que se localicen los restos de sus deudos, ante la oposición de bando contrario, y en esta guerra más cercana, donde parece que nos unificaba una misma bandera, nadie reclame nada.

Cómo puede ser que la amnesia nos cauterice en masa y todo el mundo circule como espectros ante esta página de nuestra historia más reciente.

Cómo puede ser que al hermano de una folclórica famosa en su tiempo, apellidada como el mes lluvioso del año, lo destinaran a primera línea de fuego sólo por que su hermana mencionó esta guerra en un festival benéfico presidido por Doña Carmen Polo.

Cómo se puede haber muerto y parecer que nunca se estuvo vivo.

Cómo puede ser que la sombra de Franco que ahora tanto desdeñamos siga siendo tan densa que no nos deje ver lo que él no quiso que viéramos.

Cómo puede ser que la memoria histórica deje capítulos en blanco y nadie los eche de menos.

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona