jueves, 25 de junio de 2009

LA MUERTE DE UN PROSCRITO

¿Dónde está la iglesia que clama contra la ley del aborto? ¿Dónde está la curia de Roma que cuando murió Teresa de Calcuta a poco peregrina de rodillas rezando por ella en la plaza de San Pedro? ¿Dónde están los partidos catalanes, deseosos de levantar la bandera reivindicadora ante cualquier atisbo diferenciador? ¿Qué hace el propio gobierno Catalán ante la muerte de su hijo predilecto, homenajeado con todas las cruces y diplomas existentes? ¿Cuál es el reflejo en la prensa escrita que clama por las injusticias y las desigualdades cuando es menester y se rasga las vestiduras ante una juventud falta de ideales y sólo adicta al botellón? ¿Dónde está, en fin, la sensibilidad y la equidad de la información de los que se dicen victimas por falta de otras noticias?

Claro que tratándose de un hombre que abandonó la disciplina jesuita, que él solo salvó a millones de indios del hambre y la miseria, que demostró a la sociedad de naciones que si se quiere se puede acabar con la hambruna en el mundo, que posiblemente con su labor rescató de la muerte más niños que la ley del aborto, que con su vida pobre y austera no dio pie a noticias escandalosas y que, por otra parte, sin renunciar a nada se consideró ciudadano del mundo, no deja de ser un hombre sin interés periodístico, aburrido y poco fotogénico, no sé por qué me extraña el poco eco que ha tenido en la prensa y la poca rentabilidad que puede generar.

Dediquémonos al último fichaje del Real Madrid, ése si que vende, además monta escándalos acostándose con lo más conocido del mundo de la prensa rosa, y él solo cobra más que todo lo invertido por el aburrido Ferrer en la India, eso si que es un ídolo y lo demás son gaitas, pero eso sí, cuando nuestro hijo intente imitar al Ronaldo de turno, o cuando nuestras hijas se sitúen a la altura de las de la prensa rosa, clamemos contra la pastilla del día después y los preservativos, maldigamos el consumo de alcohol y otras sustancias; démonos a todos los diablos por la desvergüenza que tiene una juventud sin valores y sobre todo acudamos al fútbol y gritemos como posesos para que nuestros ídolos estén contentos.

Sigo perplejo por el poco eco que ha tenido en la prensa la noticia de la muerte de Vicente Ferrer, no acierto a comprender como puede ser que se le dé tan poco valor informativo a la muerte de tan irrepetible personaje del que todos tendríamos que sentirnos orgullosos, no me cabe en la cabeza la desgana informativa que se aprecia ante un acontecimiento como es la desaparición de un líder que aupado por el pueblo hizo claudicar al gobierno que lo expulsó, no me cabe en la cabeza que se ponga sordina a un hecho tan relevante y pongan decibelios a noticias de rastrera condición, no me cabe en la cabeza que seamos tan necios y tan mezquinos como para no valorar y hacer valorar la vida y obra de un hombre que de haber nacido en otra tierra estaría hoy a la altura de Gandi o Teresa de Calcuta.

No me sorprende tanto el comportamiento de la oficial Iglesia Católica, ya que la no permisibilidad del hijo descarriado ha quedado siempre presente en cuantas ocasiones ha sido necesario manifestarlo, supongo que para que no lo contrapongamos con la Iglesia de los pederastas que amparados bajo su manto siguen impartiendo ejemplo de fidelidad.

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona