martes, 30 de junio de 2009

PASEANDO POR EL PUERTO

La tarde calurosa invitaba al paseo, la proximidad del puerto nos atrajo como un imán y como es habitual con los amigos y parientes que vienen de Castilla y León, al final terminamos hablando de diferencias y de consecuencias.

Se me quejaba mi interlocutor de que por qué los rótulos de calles e incluso los folletos no venían en los dos idiomas oficiales, Castellano y Catalán, y hasta me hacia notar que en algún momento se daba preferencia al inglés antes que al Castellano. Yo, tratando de quitar hierro al tema lingüístico, procuraba hacerle notar que una cosa era el proceso oficial y otro el sentido práctico que empleaba el pueblo expresándose en los dos idiomas con facilidad, pero empleando casi siempre el castellano para su vida normal. No había manera de ponernos de acuerdo y, entre observar a los numerosos manteros que poblaban la pasarela del puerto y admirar la extraordinaria visión desde el Maremagnun, nos acomodamos sin dejar de opinar de las Autonomías que nos interesaban.

¿Que cómo esta el asunto de las financiaciones? Yo, lerdo en el tema, me dejé llevar por los números y las estadísticas, pero me di cuenta que hay dos tendencias muy claras: Cataluña reclama reintegros en consonancia con los impuestos que ingresa a las arcas del Estado y Castilla León reclama por las necesidades de cada autonomía, tomando como base la extensión y las necesidades de una población envejecida y dispersa.

Aquí intercambiamos puntos de vista, yo con el corazón dividido no pongo especial empeño en inclinar la balanza para ninguno de los dos lados, pero mi pariente esgrime con fuerza y contundencia una inapelable compensación por la gran sangría sufrida por la emigración hacia las zonas más ricas de la península y de la cual se habían favorecido al recibir una mano de obra joven que sumó sus esfuerzos para hacerlas mas prósperas.

Mi silencio debió notarse dado que me incluyo entre los que salimos buscando horizontes más favorables pero de todos modos me atreví a contrarrestar su argumento haciéndole ver que a pesar de los años y los cambios de régimen Castilla León sigue perdiendo población joven, lo que significa que no se crean puestos de trabajo y esto en la autonomía más grande de España no dejaba de ser una paradoja. Algo no funciona, le dije, si en lugar de ponerse a la altura de los que van delante, lo que se pretende es hacerlos frenar para que no se destaquen tanto y subirse al furgón de cola. Ahora el silencio estuvo de su parte para añadir al final: ¡Qué me vas a decir, si mis tres hijos están trabajando fuera de nuestra autonomía porque al terminar su carrera no han encontrado otro camino!

Aquí a punto estuvimos de ahogarnos en cerveza brindando por nuestra querida tierra, pero con la conciencia clara de que si Castilla y León no se pone en marcha terminará siendo una gran residencia de jubilados y seguirá arrastrando la imagen de explotadora y pedigüeña ante las del resto de España.

Al final le comenté que la doctora que nos atiende a través de la Seguridad Social también es de Salamanca y que muy a su pesar también dejó nuestra tierra para poder trabajar, y lo que es más llamativo es que una carrera como la de medicina, le cuesta a la comunidad de Castilla y León un montón de euros para que luego el rendimiento de su trabajo beneficie a una comunidad distinta a la que invirtió el dinero y todo por falta de previsión.

Dimos la charla por concluida pues al llegar la noche el cambio de gente en el puerto no lo hace muy seguro y, camino de las Ramblas, nos dejamos engullir por el metro. Una vez dentro le hice observar: ¿Cuál es el idioma que domina sobre los demás?

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona