viernes, 30 de abril de 2010

JUSTO EN EL SOLAR DE LOS MALDONADO

Muy poco queda de lo que fue mansión de los Comuneros Castellanos que fue demolida por real orden hasta que no quedara rastro de su existencia ni testimonio que pudiera perpetuar su recuerdo, así y todo quedó en pié algún paredón que sirvió luego para reconstruir sobre él lo que hoy es Convento de la Madre de Dios y precisamente el que forma parte de la plaza de San Benito parece seguro que fue uno de ellos.
Según los historiadores se arrasó con cualquier símbolo que pudiera recordar el lugar de su casa y hacienda y por un tiempo en el sitio que ocupaban sus escudos nobiliarios, mandaron esculpir dos cabezas de cerdo para escarnio y mofa de cuantos al pasar por el lugar pretendieran recordarlos.

Pasados casi cuatrocientos años un buen alcalde decidió repicar las cabezas que con tan mala intención presidían lo que quedaba de la casa de los Maldonado, y hasta el momento que yo sepa nadie ha intentado devolver la dignidad a tan ilustres hijos salvo un busto que se mantiene en la plaza de los Bandos de dudosa e injustificada factura que además de estar fuera de lugar parece que en nada se asemeja ni a Pedro ni a Francisco Maldonado y por otra parte maldita justicia se hace si no representara mas que a uno de ellos.

En este tiempo tan dado a reivindicaciones y efemérides históricas Salamanca ha sido muy cicatera con sus comuneros, nada recuerda el solar de sus orígenes, en la recóndita plaza de San Benito nada indica que fuera uno de los lugares desde donde se levantaron en armas contra Carlos V, en un intento épico para liberar a Castilla de leyes que la estrangulaban y por las que convertían a sus moradores en rehenes de un afán recaudatorio que no hacia más que engordar las arcas flamencas para compensar los derroches de sus cortesanos.

Salamanca tiene una deuda, el marco y el entorno no pueden ser más propicios, sólo hace falta inquietud para recuperar nuestra propia dignidad, esta Salamanca mía tan dada a las celebraciones y a incrustar placas conmemorativas en la mismísima plaza mayor, no puede dejar pasar mas tiempo sin que en el mismísimo lienzo de piedra que queda en la plaza de San Benito y que perteneció al hogar de los Maldonado luzcan los escudos nobiliarios que tan ignominiosamente le fueron arrancados y en lugar preeminente se escriba en la piedra de Villamayor que el tiempo ha hecho justicia y que su recuerdo no habrá leyes que lo borren ni reyes que lo deshonren.

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona