domingo, 4 de julio de 2010

MANIFESTACIONES

No sé con qué legitimidad pueden convocar a una manifestación los mismos partidos y personajes que de manera fraudulenta nos saquean desde el  Palau a través del Sr. Millet y el Sr. Montull. Porque lo del 4 º/º parecía conocerlo todo el mundo, incluido el Sr. Maragall y no es que las empresas adjudicatarias sacrificaran sus márgenes, sino que incrementaban los presupuestos a su antojo para poder repartir después. 

¿Cuánto nos correspondería a cada uno si recuperásemos esos millones? ¿No podría aplicárseles las penas de reincidencia y asociación de malhechores? ¿Se imaginan cuántas empresas dejaron en el camino su futuro por no poder competir contra esta lacra del sobre entrega en mano? ¿Se imaginan que el Constitucional dejara la Justicia en manos de esta gente? ¿Se imaginan por un momento que dependiera de ellos mismos las penas a imponer? ¿Recuerda alguien si entró en la cárcel el Señor Núñez al que le cayeron diecisiete años?

¿Puede considerarse normal que el Señor Millet salga de la cárcel como quien viene de vacaciones? ¿Es de recibo que cuando todo el mundo sabía los desafueros del Palau, se le concediese al mismo Millet la cruz de San Jordi, máxima distinción en Cataluña? ¿Se puede considerar casualidad que el mismo bufete que defendió al Sr. Puyol por el caso Banca Catalana cuyo titular entró en la cárcel junto al juez Estevill; sea el mismo que ahora defiende a los imputados del Palau? ¿No se pretenderá poner una barrera para que la “mierda” no vaya hacia arriba?

Salir a la calle sería hacer causa común con toda esta gente, salir a la calle sería respaldarlos incondicionalmente, salir a la calle sería sentirnos amputados en nuestras libertades, salir a la calle sería pedir a gritos que nos dejen administrar nuestros impuestos, pero ¿quién se fía de estos fiadores?

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona