La narración, truculenta a veces, cruel otras y escalofriante las más, no puede dejarte impasible, a través de las páginas del libro desfila la Cabrera Baja en una trama de personajes de los años cuarenta que dejados de la mano de Dios malvivieron en el pueblo de La Baña, provincia de León.
El reflejo de la forma de vivir, de la falta de comunicaciones, la miserable existencia de la miseria entre la miseria, la carencia de valores, el estigma en algunas familias, la falta de otras opciones y la nula posibilidad de escapar de aquella especie de gueto hacen del libro un relato apasionante e ilustrativo de la vida en un mundo rural donde la supervivencia era la única ley hasta sólo hace unos años.
El personaje real, según el autor, va desgranando su vida con una crudeza extraordinaria mientras nos descubre sin pretenderlo otras vidas y otras miserias parecidas a la suya que se entrecruzan dejando patente la degradación del ser humano y el sometimiento a la voluntad del más fuerte. La lucha por un trozo de pan y la necesidad imperiosa de sobrevivir nos descubren que entre Sanabria y León también había unas Hurdes que tal como dice el autor no tuvieron un Buñuel que las mostrara.
Dentro del cúmulo de miserias que se esconden en este libro, subyace una historia desgarradora, la falta de cariño de una madre a la que su hijo adora y a la que acude una y otra vez sin encontrar consuelo y ni siquiera reciproco cariño, situación terrible que debió embargar al protagonista hasta el final de sus días. El otro personaje femenino es la tía Petra que lo defiende contra todos y no duda en enfrentarse al pueblo entero con tal de proteger a su sobrino.
El libro: ANTONIO B. EL RUSO,
De editorial Tusquets.
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