sábado, 21 de agosto de 2010

MI AMIGA LA PANADERA

Cuando las mañanas empiezan por ir a comprar el pan, empiezan de otra manera. Mi panadera de toda la vida, no vende pan, vende sonrisas envueltas en un buenos días larrrrrrrgo y dulce que te da la sensación de que debería ser recetado por el médico; el pan es siempre el mismo pero ella se empeña en escogerlo para que el tuyo sea especial y sin parangón de todos los que se apilan en sus estantes. Mis piezas de pan no se llaman como todas, las mías se llaman “Barritas de medio” y sólo una pinza plateada parece autorizada a trasladarlas de sitio.

Mi amiga la panadera tiene los buenos días hechos a medida, no son los mismos para los ancianos que para los niños o amas de casa, los buenos días para los niños son más cantarines, más de última generación, su sonrisa es más de polichinela y suele rematar el adiós con un palote de regalo; mi amiga la panadera cuida su futuro, cuando la abuela se presenta con su nieto lo llama por su nombre, le saca los parecidos más convenientes y no duda en desgranar el árbol genealógico; mi amiga la panadera, no se entretiene cuando no le interesa, habla sobre la marcha y sólo hace hincapié para aumentar la venta deteniéndose en ensalzar otros productos ante el cliente no habitual, al que sólo con su sonrisa hace más apetecibles sus pastelitos. 

Mi amiga la panadera no tiene miedo a las multinacionales porque ellos no venden sonrisas, no conocen a la gente por su nombre, cobran por la bolsa de los buenos días y no escogen tu pan para que sea el único, mi amiga la panadera tiene clientela fija, mi amiga la panadera no tiene sucursales.

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona