domingo, 26 de diciembre de 2010

La Historia en una botella


Soy vino de gran cosecha
Que trata de ser mejor
Me tuvieron en bodega
Del roble tomé sabor

Mi esperanza se trasiega
Y transmito mi valor
No soy amigo de juerga
Soy vino de tenedor

Mi etiqueta os aconseja
Y detalla quien soy yo
Mi madre de cuna vieja,
Mis grados; frutos del sol

Me cuidaron en la parra,
Me engordaron con amor
Me peinaron con tijera
Con rastrillo y azadón

Barricas fueron mi cuna
Nana mi fermentación
Y pasados pocos años
La botella me acogió

Ahora que estoy en tus manos
Acuérdate quien soy yo
Y que pasé muchos años
Para servirte mejor

Degústame con cordura
Y contempla mi color
Y cuando aspires la copa
Recuerda quien me cuidó.

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La similitud en el proceso y los cuidados de un buen vino me llevaron a pensar en nuestra propia crianza, permitirme esta libertad que les puedo asegurar no ha sido consecuencia de un exceso de cataduras ni tampoco de un amor incontrolado al dios Baco.

Dedicado a mi gran amigo Vitorino que me obsequio con el gran vino cultivado en su tierra y elaborado por sus propias manos, pero sobre todo por el regalo de su amistad.    

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona