La limpieza general producida en las últimas elecciones de Cataluña solo ha barrido una de las aceras de la emblemática plaza, en la otra los del P.S.C. resistirán numantinamente a las órdenes del general Hereu. No será fácil desalojarlos ni tampoco se pondrá tanto empeño como en el desahucio de la Generalidad, el pueblo siempre sabio sabe perfectamente que no es bueno que los dos poderes supremos de Cataluña estén en manos de las mismas tendencias ni tampoco el ayuntamiento depende tanto del gobierno central como para que no pueda imponer su criterio sin cortapisas.
Hereu y los suyos tratarán de deshacerse de algún caballo de Troya que se les ha colado en su fortaleza y limitarán el tamaño de su bandera dejando algunos jirones en medio de la plaza de San Jaime para demostrar su desvinculación con los derrotados. De momento saben que el tiempo puede ser un buen aliado, el lodazal de sobornos y comisiones del Palau de la Música y los Plenafeta de turno parecen cercar las siglas de CIU, la marea del chapapote comisionista es pantanosa, pegajosa y difícil de limpiar y si ésta llegase a las puertas de la Generalidad el sálvese quien pueda podría hacer tambalear la credibilidad del Sr. Mas.
Hereu y su equipo también necesitan de ese tiempo para hacerse perdonar los pecados de inconsciencia al presentar algunos proyectos inviables como fueron la reforma de la Diagonal y los juegos de invierno pero su honestidad no parece ponerse en duda o al menos de momento ese no parece su lado más vulnerable.
A partir de ahora los dos vecinos se miraran de reojo espiando la ropa de sus tendederos aunque, como viejos conocidos, la ropa sucia trataran de lavarla en casa y sólo sacaran a solear los manteles de hilo y las colchas de seda ¿Quién será el primero en sacudir las alfombras?
El vecindario Español está pendiente de los nuevos inquilinos, sus gestos serán analizados; unos con las ganas de imitarlos, otros con la intención de desmitificar el seny catalán pero todos con las ganas de ver si son capaces de marcar la hoja de ruta de este bajel llamado España lastrado de incertidumbres y sin más aspiraciones que mantenerse a flote en medio de un temporal que lo ha dejado desarbolado y a la deriva.
En los acontecimientos de la Plaza de San Jaime nos falta un personaje fundamental, D. Miguel Roca, uno de los padres de la Constitución; el parlamentario que lograba ser escuchado en las cortes silenciadas por la sensatez de sus argumentos y la rectitud de sus convicciones, vinculado a CIU desde sus comienzos y mano derecha del irrepetible Sr. Puyol, su alejamiento de la política puede estar justificado pero no haber comparecido para celebrar la victoria de su partido no deja de llamarnos la atención.
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