TIEMPOS MUERTOS, PARA MOMENTOS VIVOS

No sé si a ustedes les pasa, pero últimamente yo necesito refugiarme en los tiempos muertos que me aplico como terapia para escapar de las tensiones acumuladas durante la semana. Poner la T.V.,  leer un periódico o tan sólo vivir el día a día con la realidad me lleva a estados de ánimo de crispación creciente y acumulación de malas sensaciones.

Cuando oigo y veo a nuestros políticos con la desfachatez que hablan, cuando los ex altos cargos no dudan en pasar por la ventanilla de la compañía que ellos mismos privatizaron  que ahora les contrata como asesores, cuando ves que el que fue presidente del banco mundial al que nadie pide responsabilidades es ahora presidente de una de las más importantes cajas de ahorro de esta nación, cuando los grandes defraudadores son juzgados casi a hurtadillas y a pesar de estar sentenciados a muchos años de cárcel aparecen en actos públicos sin que nadie les interrumpa, cuando ves que el juez del caso más sonado de trapicheo en Barcelona será ascendido retrasando la causa, cuando la persona que se suponía iba a poner orden en este desafinado elenco está ahora imputada en una más que probable  evasión de capitales, cuando unido a todo esto no dejan de salir casos Malaya por todos los ayuntamientos, cuando vivir de la política parece ser el sueño de todos los españoles, cuando nuestros políticos se aseguran pensiones insultantes para el resto de sus días y al mismo tiempo ningunean las de los demás, cuando cada autonomía duplica nuestra carga económica sin que nadie parezca ponerle coto ...entonces, amigos míos, uno no puede por menos de sentirse estafado. Si además la gente honesta cada vez tiene más problemas para salir adelante, la legalidad es un hándicap, la ilusión es una quimera y el instinto se impone a la razón; me dan ganas de gritar a los cuatro vientos que ya no podemos más, que ya está bien de farsa y que ya está bien de  cambalache.

¿Les ocurre a ustedes lo mismo?