A BRAZO PARTIDO

Hay quien a pesar del vendaval de paro, crisis y malos presagios está luchando a brazo partido para mantener la ilusión por sus proyectos contra viento y marea. Son los luchadores que convencidos de que el futuro y el trabajo dependen de uno mismo se han calzado los guantes del tesón y la constancia para lanzar un grito en contra de la pasividad y la incompetencia, demostrando que el victimismo no genera beneficios económicos ni morales y que es una epidemia contagiosa  muy difícil de erradicar.

Es admirable descubrir en medio de este océano de pesimismo que estamos padeciendo estas islas emergentes nacidas de la nada, que mantienen su pequeña empresa a base de esfuerzo, ingenio y constancia, como se debaten ante la incertidumbre  de una muy difícil financiación y una no menos problemática recuperación de beneficios.

Estos empresarios sin horarios, sin festivos y sin dinero opaco no suelen salir en la prensa, no suelen ocupar espacios noticiables, tampoco los necesitan para ellos mismos, pero nadie los valora como víctimas que son de otros escándalos financieros de gran calado porque cuando aparecen en la prensa autenticas mafias entre políticos y empresarios para defraudar al pueblo llano nos limitamos a valorar en clave económica el alcance de lo defraudado pero nunca o muy raras veces alguien se da cuenta que detrás de cada defraudación hay muchas pequeñas y medianas empresas a las que se les deniega un crédito o se las excluye de algún proyecto porque éste está adjudicado o cubierto de antemano  o porque la cuantía económica de la posible defraudación se retrae  de otras partidas infinitamente más necesarias.

Tenemos ejemplos clarísimos en la prensa de estos días de cómo todo un ducado se vende por un plato de lentejas pagadas por todos los ciudadanos; o como directores de banco en quiebra cobran indemnizaciones millonarias o toda una presidenta de Diputación ostenta trece puestos de responsabilidad  con magros peculios sin que nadie de su partido ni de su pueblo levante la voz, o mil otros casos de los que todo el mundo sabia y callaba haciéndose cómplice para no perder prebendas y medrar entre esta fauna de almidonados y avarientos egocéntricos que luego se suben a los púlpitos más prominentes figurando como adalides de la rectitud y la honestidad.

Cuando alguna de estas noticias sale a la luz me puede la indignación cuando gente amiga y familiar está poniendo todas sus energías al servicio de su empresa para no caer en el paro y en la desesperación, trabajando sin descanso comprometiendo su propio patrimonio para que como resultado esta pandilla de maleantes tengan su cueva bien repleta en paraísos fiscales de los que nadie parece saber nada, necesito salir al campo relajarme en medio de la naturaleza, y pensar si a mis hijos les hice bien al inculcarles la virtud en el trabajo la confianza en sí mismos y la rectitud de sus conciencias.

CAROS TIEMPOS PARA LA HONESTIDAD  Y  POR SERLO  ESCASEA