miércoles, 11 de enero de 2012

CUANDO LOS TUYOS SON TU SALUD



 Es triste y curioso a la vez ver como ante una situación delicada el enfermo no piensa ya en su situación ni en su mejora, piensa en los que le rodean y en la manera de evitarles sufrimientos innecesarios, estudia sus caras, observa sus gestos y a través de ellos trata de saber cuánto les está haciendo sufrir, quién es el más sensible y quién el más débil, quién el más entero y cuál es el más frío. Se desarrolla una especie de instinto o nuevo sentido que te permite saber a través de los tuyos lo que no te quieren decir con palabras. Las horas de cama dan para mucho, son infinitas, largas, extremadamente largas, y monótonas, sólo la cabeza sigue trabajando y eso te permite volar, alejarte de tu postración para recorrer tu pasado, tus aciertos, tus desánimos, tus momentos de alegría y tus momentos de emoción, aquellos a los que te agarras para coger impulso para decirte a ti mismo que quieres salir de ahí porque no quieres que sigan sufriendo, que no quieres defraudarlos, que no quieres darte por vencido porque sería traicionarlos y eso no te lo puedes permitir.

Cuando ya te incorporas y la cabeza vuelve al presente una lágrima traicionera descubre para los demás que no estabas tan fuerte como les querías hacer creer, que los ánimos que les querías transmitir eran deseos más que realidades y que fue por ellos y sólo por ellos por lo que luchaste para seguir adelante, compartiendo con ellos el don preciado de la vida, que quieres sentirte mimado como un enfermo pero estando sano, que quieres abrazar para ser abrazado, que quieres estar con ellos sólo por ellos.

Hoy ha saltado la noticia de que una periodista conocida padece una dolencia de las denominadas graves. Estoy seguro de que su teléfono no habrá dejado de sonar, multitud de amigos se interesarán por ella apabullándola de animosos mensajes y no pocos deseos de verla pronto y bien, pero yo estoy seguro que esta periodista habrá dejado de serlo para convertirse sólo en  esposa, madre o hermana; su naturaleza habrá creado una especie de cortina que protegerá su privacidad, la periodista será a partir de ahora simplemente Concha y su entorno más cercano habrá  tomado una dimensión que ni siquiera ella esperaba. Concha Garcia Campoy volverá reforzada pero mucho más sensible, su sonrisa será más placida  y aunque su voz será la misma su tono habrá cambiado y sus valoraciones ya nunca serán las de antes.

EL ESCENARIO DE LA VIDA  ES LA  PUERTA  DE UN HOSPITAL

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona