No todo estaba en conseguir que
la cascara no se partiera; mantenerla entera fue el primer objetivo pero ahora la
idea de Ángela era envolver la naranja en su misma cascara hasta conseguir
forrarla con su propia piel.
La puñetera fruta una vez pelada
había pretendido desgajarse y aquel último fragmento era el que más
complicaciones le estaba dando a la hora de retomar la forma original a pesar
de haber intentado encajarlo de muy distintas maneras. El empeño en conseguirlo
y la obstinación de aquel gajo de no quererse acoplar eran motivo de especial
dedicación y de no conseguirlo el resto podrían descolocarse dando al traste
con el empeño dejando su interés por los suelos.
No era fácil, si apretaba
demasiado aquella porción de naranja parecía revelarse contra su propia cascara
dejando un reguero de zumo tras de sí que tuvo que dar por perdido ante la
imposibilidad de recobrarlo, si no la apretaba
tendía a deformarse haciendo más difícil su incrustamiento y si desistiera
de intentarlo y dejándolo fuera el resto de los componentes se desplazarían de
tal manera que nunca más podría recomponer la forma original.
Una y otra vez aquella obstinada
criatura apretó y aflojó el encinchaniento sin obtener los resultados
apetecidos, aquella porción de fruta parecía tener vida propia y no solo no se
dejaba encabestrar sino que además parecían surgir de sus entrañas las más
disparatadas combinaciones hasta hacer que su zumo tomara el agrio sabor de sus
orígenes antes de ser injertado. Y en estas estaba cuando advirtió que de no
darse prisa podrían contaminarse las
zonas adyacentes alterando unas composiciones que podrían hacer cambiar la
estrategia destruyendo la recomposición.
Con tantos trajines la que fue envoltura
sin rendijas dejó de ser perfecta y aquella naranja que comenzó cual tonel por
la precisión de sus encastes pareció aflojar los aros perdiendo por sus
rendijas la esencia de la uva madre dando como resultado oxidamiento de su contenido.
La reunión había sido larga el cansancio había hecho mella en aquella
dama siempre irreductible y exigente y cuando a la hora de los brindis alguien
se dio cuenta de su somnolencia pocos pudieron pensar que también la señora
Merkel era humana y a pesar de no parecerlo se había quedado dormida con una
naranja en la mano soñando que no soñaba.
EL EURO
NO TIENE PATRIA
PERO TIENE PATRICIOS Y PLEBEYOS
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