Total por unos 13.000 cochinos
Euros no merece la pena discutir parece querer decirnos nuestro inclíto
magistrado del tribunal supremo cuando sin un asomo de humildad y sobrado de
arrogancia se vio acosado por la prensa, nada ni nadie consiguió cambiar su
actitud su rostro impertérrito no pareció resquebrajarse en ningún momento y
solo sus exquisitos modales dejaron entrever un cierto malestar como los del
rico hacendado que inopinadamente se ve rodeado de insistentes menesterosos que
no dejan de acuciarle para conseguir unas monedas.
No está muy lejos la escena del
Rey pidiendo disculpas a la opinión pública por su poco afortunada escapada a
tierras surafricanas pero al lado de este insigne togado parece que el rey
fuera súbdito suyo y un minmundi que no
sabe mantener el tipo en cuanto alguien le descubre en un renuncio, magro
sueldo el que tiene este desgraciado solo por debajo del que percibe la corona
y más del doble del que recibe el mismo presidente del gobierno pero parece que
sus más de 130.000 euros no le dan para mucho y tiene que tirar de la caja
común para pasear su palmito por el ambiente más contaminado y ostentoso de
Marbella arrastrando con él a toda una corte de guarda espaldas que como es
natural también pagamos entre todos los ciudadanos.
Y es entonces cuando uno le entra esa sensación de impotencia y no acierta a comprender como este hombre
casi en estado levítico puede asomarse desde el ventanal de su refrigerado despacho
sin que se le revuelvan las entretelas al ver las colas de parados y obreros con
un ERE sobre sus cabezas e hipoteca que pagar que se conformarían con poder
mantener su casa con la mitad del dinero del que tan alegremente dispone respaldado por la
tarjeta que esos mismos ciudadanos pusieron en sus manos confiando en que la
justicia haría buen huso de ella y sobre todo convencidos de que el presidente
del tribunal supremo será siempre ejemplo y estandarte máximo de honestidad y
rectitud.
Es imposible que esta España
pueda funcionar, cuando según el último informe de Caritas se están duplicando
los casos de absoluta indigencia mientras la clase dirigente con sus
principales valedores a la cabeza se toma la caja común como el cuerno de la
abundancia en una espiral a todas luces contagiosa que como tela de araña se
ramifica en un laberinto sin fin pero cuando en este juego entra el máximo
impartidor de justicia la credibilidad se derrumba como un castillo de naipes y
ya no hay administración ni sucedáneo donde no desconfiemos que aparezca el
chiringuito de rigor con las cartas marcadas por los tahúres de turno.
Flaco favor el que ha prestado a
la credibilidad de la España honesta y trabajadora el Sr. Divar que en otro
momento de su carrera se mostró extraordinariamente inflexible expulsando a un
compañero de la judicatura por según él extralimitarse en su celo investigador,
si con la acción anterior quiso demostrarnos que la justicia está por encima de
los intereses personales este es el momento de seguir su propia máxima
presentando su dimisión y con ella el reconocimiento de su error.
EL MAZO DE LA JUSTICIA PESA MÁS DE UN LADO QUE DE
OTRO
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