sábado, 3 de noviembre de 2012

En la Armuña un sayagués

Iba el hombre curvo  cual gancho de alcayata detrás de una  yunta que más que arar parecía arrastrar  su miseria, aquel Sayagués cetrino,  de piel acartonada  y un poco lilainas escrutaba tras el bisel de su gorra el  horizonte que se había marcado de antemano  que no era otro que la ermita del Viso.

 La apuesta era de ley; los mozos que le habían ganado la delantera aparecían gozosos y festejadores y más de uno se regodeaba de aquel pobre sayagués  que a pesar de su escasa fuerza y sus maltrechas mulas parecía empeñado en no dar por terminada la apuesta.

La mañana dura como todas las de la Armuña había comenzado al romper el día las yuntas en línea habían iniciado el arado de su pardala intentando no solo ser más rápidos si no hacerlo con mas derechura hasta llegar al límite de la besana, los primeros y los más fuertes habían marcado su horizonte en los distintos jarales con que contaba la estórdiga y los mas habían acertado  hacerlo en un chito visible a duras penas desde la salida, solo el buen Sayagués se había marcado la ermita de la virgen como su objetivo final.

 Dice la historia que cuando los fanfarrones y orgullosos mozos de la Armuña sobrepasaron la señal de su horizonte perdieren el rumbo y aquella pardala que nació derecha y bien trazada comenzó a dar tumbos haciendo del resultado motivo de chanza y  regodeo por parte de sus paisanos y solo aquel  Sayagués devoto como era de la virgen del Viso terminó  su arada con tal derechura que alzando los ojos al cielo dios gracias a Dios mientras abarcuzaba  la gran cruz que preside la ermita.

En política nos falta ese buen Sayagués que tenga claros sus objetivos  para sacarnos de este secarral llamado crisis, estoy seguro que  todos daríamos por buenos los sacrificios padecidos  si encontráramos  el final del túnel en que estamos metidos, pero cuando los políticos comienzan con mucha fuerza y derroche de medios y solo tienen como objetivo el ataque a sus predecesores nos damos cuenta que una vez desinflado el globo de las excusas  comienzan a dar bandazos de inoperancia e improvisación aumentando la desolación y la incredulidad de la ciudadanía y es cuando cualquier atisbo de salvación se nos antoja  una salida de emergencia para salir de esta espiral llamada crisis.

TODOS  TENEMOS  NUESTRA  PROPIA  ERMITA  LO  MALO  ES  QUE TENEMOS  DISTINTO  CRISTO

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona