LA TORMENTA PERFECTA

El huerto del señor Oriol comienza a dar sus frutos, la tramontana le pasa de soslayo mientras él sigue a resguardo sin necesidad de alterarse  lo mas mínimo  cuidando su parcela  separatista con un mantillo de paciencia,  gotas de sapiencia  y estrategia de cazador.

Para su sorpresa  la cosecha le viene adelantada, la señora Aguirre desde Madrid  pide la misma cobertura para replantar todo un jardín llamado España  catalanizándolo si fuera necesario, el antiguo inquilino de la plaza de San Jaime Señor Puyol  saca la cabeza por la televisión para decir que la independencia sería un suicidio para Cataluña, U.D. con su representante Sr. Duran a la cabeza se desvincula de sus compañeros  de coalición aduciendo que hay otras opciones antes que ser independientes, el presidente Mas  se queda solo en la estacada con el timón atascado  sin poder virar y sin su mascarón de proa, el P.S.C. ni está, ni sabe, ni se le espera y desde Madrid el P.P. envía a Cataluña a sus mejores espadas con la muleta hecha trizas para que ejerzan de banderilleros tratando de volver a corrales el toro de la independencia; total que en este camarote de los hermanos Marx el único barco que en estas latitudes parece saber dónde va es el capitaneado por el Sr. Junqueras que sortea la tormenta sin inmutarse izando además la bandera “estelada”  en el palo mayor como símbolo y guía del independentismo pero también como asidero a catalanistas y náufragos  sin playa ni flotador al que adherirse.

No supongo al Señor Oriol dotes de vidente ni tampoco émulo de los grandes líderes mundiales capaces de poner un pueblo en pie hasta alcanzar sus ideales, pero  en esta España noqueada como está por la crisis económica el grito de sálvese quien pueda comienza a calar en la Cataluña alejada del independentismo  que no desea otra cosa que escapar de la pobreza en la que estamos y estaremos inmersos casi el  cincuenta por ciento de los españoles, lo malo de esta historia es que no hay un armador que disponga de un barco sin lastre ni vías de agua al que subirse ni tampoco se vislumbra el desembarco de un ejército salvador.

NI  ESTANDARTES  NI  BANDERAS  LO  PRIMERO  ES  LA  CAZUELA