viernes, 6 de septiembre de 2013

LA VIRGEN DEL ARENAL


La virgen del arenal tuvo sus días de gloria, hoy instalada en un retablo lateral  pasa desapercibida para el visitante de la interesante iglesia parroquial de Fuenteguinaldo. La misa ha terminado, el oficiante en ropa ya seglar hace dueto con una feligresa:

 ¡Oh ¡Virgen del Arenal
Relicario cristalino
Danos agua si conviene
Que se nos secan los trigos
Danos el agua señora
Aunque no la merezcamos
Que si por merecer fuera
Ni la tierra que pisamos……

Al pié del altar nuestros protagonistas se dejan llevar por los recuerdos: El congreso eucarístico celebrado en el pueblo, el rosario de la aurora,  los primeros viernes, el acarreo de agua a golpe de cántaro desde la fuente como único sistema de suministro, las llamadas al orden de la guardia civil a los menores de edad por llevar a las vacas por la calzada, el espionaje del cura sancionador que subido al campanario denunciaba a quien salía al campo a trabajar en domingo o día de fiesta, la escuela donde el castigo físico se admitía como norma habitual, las peñas del pueblo antagonistas entre sí  esperando las fiestas patronales como única expansión,  los quintos corriendo los gallos para celebrar la mayoría de edad antes de servir a la patria durante dos años, zagales expertos en la caza de culebras y lagartos con los que celebrar una merienda, labradores pendientes de un cielo imprevisible del que dependía el futuro de su despensa , contrabando de trapicheo a través de la  frontera portuguesa para  poder sobrevivir, familias al fin …de mucha prole y poca anguarina, donde el trabajo era norma de conducta y el esfuerzo no exigía edad legal.

Recorremos el pueblo siguiendo el rastro de nuestras huellas interiorizando la necesidad vital de encontrar vestigios de nuestro pasado, el antiguo cuartel de la guardia civil reconvertido ahora en centro de salud, su corralón trasero con su portalón indemne, café Rosales sobre dimensionado entonces ahora modesto en su realidad.
Seguimos indagando entre motes y apellidos encaminándonos hasta la flamante y hogareña residencia de ancianos donde encontramos a muchos de nuestros protagonistas que orgullosos de sus experiencias compiten aportando detalles curiosísimos que escuchamos incrédulos mientras fotografiamos la ilusión del encuentro maravillados por la lucidez mental y física de que hacen gala nuestros amigos.

Nos despedimos también del buen anfitrión que nos recibiera al pie del altar,  hoy retirado después de su renuncia como obispo para ejercer  de coadjutor en su pueblo y que en su tiempo ofició también como capellán en Alemania entre nuestros emigrantes.   Sus recuerdos son nuestra historia la de una España que asentó sus fundamentos en la ley del esfuerzo y la renuncia personal la que dio paso a la España del bienestar y del progreso la misma  que ahora se lamenta de falta de oportunidades y carencia de servicios, la que se escandaliza y se exclama contra la explotación infantil, la que define como trauma cualquier contrariedad, la que trata como secta religiones desconocidas, la que se ve obligada a emigrar de nuevo reiniciando un circulo perverso donde el dogal de los grandes intereses multinacionales decide el flujo de nuestra supervivencia.
De regreso y por el  retrovisor de nuestro coche se muestra la imagen de un pueblo prendido en el tiempo, un azulejo del mural de esta España que sacrificó a toda una generación para ser más grande y aupó a las nuevas generaciones sobre el oculto cimiento de su sacrificio.




AHORA LA CRISIS ES UNA CIRCUNSTANCIA ANTES ERA UN ESTADO NATURAL

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona