miércoles, 30 de octubre de 2013

CIEN NIÑOS, CINCUENTA QUILOS, MIL ILUSIONES

No te digo que te vayas pero en tu casa harás falta, con esta frase debida al cansancio y la carcajada general que ello supuso cerramos una jornada plena de ilusión y no pequeña aventura, mis amigos y yo dedicados durante el año a jugar a ser cocineros, tenemos por costumbre (bendita ilusión) de invitar a los niños de un colegio cercano a nuestro taller para hacer con ellos los típicos panellets de la tierra con algunas de sus variantes y aquí nos tienen remangados de ilusiones y subidos en  la tribuna de la experiencia encauzando a una maravillosa prole infantil hacia los manteles de harina con masa de patata, azúcar y almendra  para añadir después los ingredientes de la originalidad.

Fueron cien los niños que con sus mandilones en ristre y sus manos limpias recorrieron y repasaron una y otra vez las distintas fases del proceso y mientras sus brazos y manos adquirían el blanco barniz de la harina; desde los pasillos cercanos a la cocina llegaban hasta nosotros los rumores de la gente madura que oteando a través de los cristales nos daban la sensación de estar siendo espiados y envidiados por estar moldeando imágenes para el futuro con la experiencia del presente.

Todo esto lo hemos vivido esta mañana, todo esto y la confirmación de tener unos amigos multiculturales que utilizan la excusa de querer cocinar  solo por  reunirnos todas las semanas pero que una vez remangados  les importan un pito sus ideas con tal de situar sobre los fogones el oficio y la emotividad.

Tal vez estos niños hoy no hayan aprendido a hacer panellets y ni siquiera en el fondo pretendíamos conseguirlo pero si con nuestro trabajo hubiéramos fomentado  el interés por sus costumbres y el mantenimiento de sus tradiciones y  además les quedara la idea de que compartir es un enriquecimiento mutuo habremos dado por bueno nuestro esfuerzo y nuestra dedicación.

Es muy posible que esta sea la generación que viva muy de cerca los intereses partidistas  de esta Cataluña que queriendo ser distinta hay quien la llama independiente pero sería imperdonable que en nombre de esa pretensión alguien ensucie la mirada de estos pequeñines que haciendo las delicias de estos abuelos estamparon  en su currículo la firma de su sonrisa.

PERRUNILLAS Y PANELLETS DISTINTA FORMA PERO EL MISMO REVES

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona