No te digo que te
vayas pero en tu casa harás falta, con esta frase debida al cansancio y la
carcajada general que ello supuso cerramos una jornada plena de ilusión y no
pequeña aventura, mis amigos y yo dedicados durante el año a jugar a ser
cocineros, tenemos por costumbre (bendita ilusión) de invitar a los niños de un
colegio cercano a nuestro taller para hacer con ellos los típicos panellets de la
tierra con algunas de sus variantes y aquí nos tienen remangados de ilusiones y
subidos en la tribuna de la experiencia
encauzando a una maravillosa prole infantil hacia los manteles de harina con
masa de patata, azúcar y almendra para añadir
después los ingredientes de la originalidad.
Fueron cien los niños que con sus mandilones en ristre y sus
manos limpias recorrieron y repasaron una y otra vez las distintas fases del
proceso y mientras sus brazos y manos adquirían el blanco barniz de la harina;
desde los pasillos cercanos a la cocina llegaban hasta nosotros los rumores de la
gente madura que oteando a través de los cristales nos daban la sensación de estar
siendo espiados y envidiados por estar moldeando imágenes para el futuro con la
experiencia del presente.
Todo esto lo hemos vivido esta mañana, todo esto y la
confirmación de tener unos amigos multiculturales que utilizan la excusa de
querer cocinar solo por reunirnos todas las semanas pero que una vez remangados
les importan un pito sus ideas con tal
de situar sobre los fogones el oficio y la emotividad.
Tal vez estos niños hoy no hayan aprendido a hacer panellets
y ni siquiera en el fondo pretendíamos conseguirlo pero si con nuestro trabajo hubiéramos
fomentado el interés por sus costumbres
y el mantenimiento de sus tradiciones y
además les quedara la idea de que compartir es un enriquecimiento mutuo habremos
dado por bueno nuestro esfuerzo y nuestra dedicación.
Es muy posible que esta sea la generación que viva muy de
cerca los intereses partidistas de esta
Cataluña que queriendo ser distinta hay quien la llama independiente pero sería
imperdonable que en nombre de esa pretensión alguien ensucie la mirada de estos
pequeñines que haciendo las delicias de estos abuelos estamparon en su currículo la firma de su sonrisa.
PERRUNILLAS Y
PANELLETS DISTINTA FORMA PERO EL MISMO REVES
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