La mesa del señor Más tiene el
servicio completo, buenos manteles, vajilla de gala, decoración regia,
invitados profesionales y turba de halagadores disputándose la primera fila del
espectáculo.
Mientras se desarrolla la
escena los comparsas y figurantes se
asoman entre bastidores esperando el fiasco para arrebatarle el papel principal, nuestro hombre sin otra alternativa ocupa la boca del escenario y lanza su arenga
implorando unos meses de tregua para consumar su sacrificio, la última recreación
del suicidio de este Seneca engeridor de
la cicuta será en Noviembre y delante de
sus seguidores.
El señor Junqueras sigue la
representación intentando que nadie se aparte del guion establecido mientras manda
al ring a un sparring llamado Mas que se
enfrentará a un contrincante hasta ahora inédito en estas lides al que
intentará desgastar y descubrir sus
puntos débiles mientras monta su segundo y verdadero enfrentamiento pero esta
vez con el titulo ya en juego y la
corona como trofeo, estrategia digna de un manager fuera de serie como es el
Sr. Junqueras cuya sombra parece materializarse cada vez con más claridad.
El momento es muy crítico y solo es
el principio de una actuación elaborada con mucho tiempo y una dosis calculada
para evitar riesgos innecesarios, porque si el Señor Junqueras quisiera de
verdad limpieza democrática tal como dice debería presentarse a cara descubierta y no andarse con rodeos y fuera
cual fuera el resultado apechugar con la respuesta, lo demás son fuegos
artificiales.
El gobierno de la nación está en
un callejón sin salida, si prohíbe la consulta dará alas a los independentistas
que así tendrán la escusa para hablar de represión y autoritarismo, si no la
prohíbe estará fomentando el independentismo o el desmembramiento de otras autonomías
y si se queda con los brazos cruzados tendrá en su contra al resto de la nación
hasta ahora impasible y sin hoja de ruta definida.
Lo triste es que este ejercicio
de distracción está ocultando los graves problemas que nos afectan, en Cataluña
al ciudadano de a pie no le interesa la independencia lo más mínimo lo único que quiere es encontrar al líder que los
saque de este magma en el que cada día estamos más hundidos y si los Junqueras
de turno quieren poder de decisión que se presenten de nuevo a las próximas
elecciones incluyendo como primer punto de su programa su deseo de
independencia evitándonos unos gastos tan innecesarios como absurdos que
deberían invertirse en cubrir necesidades tan perentorias como dar de comer al
casi veinticinco por ciento de la población catalana que ahora depende de los
comedores sociales.
LA POLITICA TIENE MUCHOS CALLEJONES LO MALO ES NO ENCONTRAR LA SALIDA
DE EMERGENCIA
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