miércoles, 1 de enero de 2014

CIERTO OLOR A RANCIO

En llegando la noche aquella bruja les dejaba sin luz, su mala conciencia no daba para más y todo por que se enteró que sus realquilados usaban una manta eléctrica para calentar la cama que por más señas tenían instalada en una habitación llena de humedades y sin apenas ventilación.

Desnudarse y ponerse la ropa de dormir a oscuras ya no era ningún problema, el palpar cada rincón se había convertido en un ejercicio habitual y era verdad que llegaron a considerarlo como normal dadas las circunstancias y el gran sentido que del ahorro  habían desarrollado.

Pero aquella noche había sido anormal, un cierto olor a podrido les había amargado la noche, un olor intenso y ciertamente nauseabundo se había apoderado de la habitación  y por mucho que recorrieron  a tientas los distintos cajones y donde guardaban comida y reservas de matanza no hubo manera de localizar el foco de tan nauseabundo misterio. Lorenza se obsesionó con la idea de que alguna rata mal nacida había sucumbido a su glotonería y víctima de algún empacho habría quedado emparedada entre los cajones, por el contrario nuestro Mariano se inclinó mas por que el olor provenía de algún producto en mal estado que por falta de frigorífico se habría echado a perder originando su consiguiente  putrefacción, pero el olor persistía y para mas irritación parecía más persistente a la altura del cabezal de su cama fuera lo que fuere la noche había sido fantasmal y morrocotuda y en mala  hora salir para el trabajo había de ser una  liberación.

Recordándolo ahora nos reíamos con nuestros amigos, la risa se mezclaba con los aspavientos del buen Mariano que lejos de enmendarse poco le faltaba para ponerse a cuatro patas imitando los saltos dados por encima de la cama y los gestos de repugnancia que durante toda a noche habían padecido e imitando además el dialogo que como dos sonámbulos habían mantenido  durante aquella noche su mujer y el.

El foco de tan mal olor no pudieron desentrañarlo hasta la mañana siguiente cuando ya con la luz del día y al deshacer la cama se dieron cuenta que un par de nauseabundos y mas que sudados calcetines  de los que Mariano usaba para su trabajo se habían colado entre las sabanas asentándose  justo donde sus cabezas tendían a encontrarse.

Ayer nos despedimos augurándonos un año nuevo prospero y feliz mientras el espejo del recibidor devolvía una imagen más que reveladora, a nuestra espalda alguien iba apagando las luces con tanta abnegación que por un momento la oscuridad parecía empujarnos hacia la salida.

El ciclo de nuestra generación cierra el año donde comenzó, padecimos la falta de luz por las restricciones, ahora la padecemos por no  poder pagarlas, nacimos con la cartilla del racionamiento y las colaciones de caritas, ahora tenemos comedores sociales y bancos de alimentos, hubo que emigrar para encontrar trabajo ahora también,  tuvimos que vivir realquilados ahora el problema es encontrar donde, nos hablaron de futuro y el futuro ahora es el presente.

De todos modos y siguiendo el ejemplo de mi amigo Mariano tomemos las cosas con sentido del humor. Feliz y muy propicio año nuevo



MIRAMOS  TANTO LA  LUZ    QUE  NO VIMOS LO QUE HABIA DETRÁS 

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona