LAS CUENTAS DEL ROSARIO

Desgrana la abuela cuentas de olivo

Trajina entre manos al tacto perdido

Murmura plegarias susurra sonidos

Magina recuerdos de tiempo dormido

No cuadra la abuela si tocan gloriosos

Cadencia y murmullo iguálalo  todo

Pelerina de lana, mandil estirado

Peinetas de moño marrón nacarado

Ya entona plegarias, termina el rosario

La silla de anea ya cruje al notarlo

Y besando el Cristo de su escapulario

Se yergue, se estira lo apuña en la mano

Se acerca a la lumbre al pie del escaño

Badil y tenaza y cual buen cirujano

Arranca esquirlas de oro quemando

Asienta cenizas, calcula el tamaño.

Ahorma la lumbre,  corta un rescaño

Lo mece en la leche  lo saca pringando

Y un huevo batido parece acunarlo

Anteojos heridos, cristal biselado

 

Mantiene la abuela el cuerpo curvado

Panilla de aceite sartén remachado

Y allí a aquel pan rastrojo de ogaño

Le cosen puntillas de filo dorado

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La cocina esparce aromas de leche

Torrijas benditas doradas  de aceite

Canela y recuerdos el fuego los mece

Rezuman sabores, se activa la mente.

Una doncella llamada cuaresma

Bruñe recuerdos que el tiempo almacena

Y el sabor a torrijas ahogadas en leche

Trajo nostalgias que el tiempo engrandece

TORRIJAS Y SOPAS DE AJO EL MISMO PAN DISTINTO TRATO