martes, 18 de febrero de 2014

CUAL CENCERROS SIN BADAJO (RAPEANDO)

Tras sus puertas los banqueros nos miden por el trasero aplicando su rasero de cencerros sin badajo o costal sin asidero y nos montan mil enredos  cual ginkama triple salto y si no te andas ligero pereces en el asalto y por mas con pierna rota sin escayola y sin bota y al de detrás ni le importa pues lo que quiere es su cuota y tu cual gazapo en ciernes te embobas y te entretienes con folleto y parabienes endosándote una cuota que para mas chirigota te resta de lo que tienes y por mucho que los frenes al final tu cuenta es suya y tuyos sus cargos tienes pues no teniendo bien tienes,  te pellizcan tu pensión cual si bollo mojicón en bautizo que estuviera y pizco por el padrino y repizco por la novia y otro que en tu memoria hace del pizco una historia, total que enllegandose el momento te aplican historia y cuento y  entre turbado y muy lento puedes estar muy contento te la apliquen con ungüento mal llamado fierabrás y eso si no les exijas que te descifren el plan que entonces van y te  dan lecciones de geografía que saldo por aclarar supone pago contable y si resistes al cargo  te platean un embargo dejándote el culo al aire y se tornase en desaire lo que por ley han de hacer y si fuera menester te montan una encerrona de la que pides maroma y clavo donde colgar y sales ya sin costal sin trigo y sin dinero de casa de un usurero que por banco tiene nombre sin saber quién es el hombre que al banco hizo gestor  de tus bienes y pensión y de tus pocas  monedas que pierdes en escaleras de alzas y depresión y pillas tal colocón que ni el Inen lo quisiera y ya no intentas siquiera hablarles de la pensión y les imploras perdón por no entender su manera de organizar su labor y quedarse con el din y dejarte solo en don  y si tienen ocasión hacen de ti su futuro al dejarte sin un duro y seguro servidor pues además de pensión les debes enterramiento pues a tanto llegó el cuento que de tu último aliento un seguro as de signar sin contar el hospital y también tu pobre hogar que solas ya las paredes aun pretenden valorar como cargo y aranceles y aquí la cosa se enreda y ya no es cosa cualquiera que te venden la quimera del plástico para pagar y los mandas a cagar mas no de cualquier manera  pues no le es dado a cualquiera tener clara la cancela donde poder defecar y allí les dejas un truño por no estamparles un puño en los morros  por rufián.

Aquí señores la historia de un pobre que quiso ser cliente de buena fe y por serlo  en su memoria a mi me contó la  historia que me acaban de escuchar, yo me limito a encerrar entre renglones de tinta lo que tiene to la pinta del cuento que no lo es tal y que por ser realidad al cuento llaman historia y a la historia llaman cuento cuando cuentan de memoria sin añadir moratoria ni nombres ni en qué lugar y ya con lo de cagar pongo aquí el punto final no siendo que algún rufián se me cuele entre las líneas y siguiendo las consignas aun me cobre por mear.

         EN EL BANCO TU DINERO ES POLILLA EN EL ROPERO 

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona