domingo, 9 de febrero de 2014

VOT PER LA INDEPENDÉNCIA

 Camino orgulloso con mi nieta de la mano;  en ella el desparpajo es norma y la sensibilidad su forma de ser, recoge sin pedirlo un folleto donde se pide el voto por la independencia, lo ojea y con gesto cómplice lo guarda sin ocultar una picara sonrisa.

El panfleto redactado en catalán parece no admitir otro idioma, le comento que al ser yo castellano parlante parece quieran hurtarme la información o que de otra manera solo es catalán quien hable y practique este idioma, mi nieta se vuelve para conseguir información en castellano pero este grupo independentista parece que no ha contemplado esa necesidad, el gesto de mi nieta es elocuente ¡Yayo tu no cuentas ¡

El voto por la independencia se está postulando a pie de calle, los folletos y pegatinas en catalán aparecen como una barrera un tanto despectiva para los no practicantes en ese idioma, lo comento al grupo de informadores pero no parecen entender mi petición, me queda un mal sabor de boca porque entiendo que todos debemos y estamos comprometidos en este momento con una historia que nos es propia  en la que debemos y tenemos que participar, entro con ellos  a debatir farragosos capítulos históricos  pero razones de uno y otro lado parecen conducirnos en paralelo hacia un final infinito sin posible entendimiento.

Le comento a mi nieta que el dialogo atrincherado en posiciones defensivas es un falso dialogo, me responde que ella está contentísima de hablar castellano y catalán indistintamente como también lo está con sus inicios con el ingles u otros idiomas, me explica a su manera que la forma en que ella entiende la independencia es como si un vecino de la escalera donde ella vive quisiera unas leyes para el solo sin contar con los demás, esta nieta mía que quiere y me pide que le explique el porqué del  independentismo me pone en un brete que trato de sortear acudiendo al sentido común e invocando  el respeto por las razones de los demás con el añadido  de mi propia experiencia. Se extraña muchísimo cuando le digo que en su tiempo también Salamanca quiso ser independiente en un movimiento que se llamó cantonal en el que estaban incluidas otras muchas provincias entre ellas Cataluña e incluso Cartagena que fue quien se llevó la peor parte 

Sigo caminando de la mano de esa niña que espero que un día cuente que su abuelo nació en otra tierra, que trabajó duro en Cataluña sin dejar de reafirmarse  en sus orígenes mientras era engullido por un sentimiento contradictorio de falsos patriotismos y luchas fratricidas,  que trató de enseñarle que entre el blanco y el negro hay muchos matices y que solo la cultura y la información son los padres de la razón.

Mi nieta es inteligente y cuando me ve “transcendental” rompe mi discurso hablándome en un catalán que yo simulo no entender  para contestarle en  un “charruno” que ella tampoco comprende dando pie a un dialogo particular de estruendosas carcajadas.


SI LA SANGRE SE MEZCLA Y EL APELLIDO SE JUNTA  
LA VOZ NO DEBE SER YUGO NI AGUIJÓN PARA LA YUNTA

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona