Colaborando en un boletín informativo me comprometí para
realizar una serie de entrevistas a
personas que dentro del barrio donde vivo dedica parte de su tiempo y de forma
desinteresada en beneficio de la comunidad y es tanta la gente involucrada en la
vida y en la historia de este pueblo que quiero dejar de ser barcelonés y proclamarme Hortense a todos los efectos. Horta fue un
pueblo independiente de Barcelona hasta hace poco más de cien años y a pesar de
ser engullido por la gran metrópoli conserva aun sus viejas tradiciones, casino,
mercado, bibliotecas, centros sociales,
Ateneo y sobre todo una vida propia que mima con infinito cariño su historia y
cualquier rincón o vestigio de su pasado
o de su memoria.
Hay algo muy singular entre los entrevistados y es que muchos
son oriundos de otras autonomías pero tan entregados ahora en conseguir una
sociedad más justa dentro de su entorno que no dudan en ofrecer sus esfuerzos y
conocimientos en beneficio de la comunidad que los acogió y aquí valen todos
los idiomas, funcionan todas las inquietudes y son validos todos los esfuerzos
siempre que lo sean en sentido positivo, podemos encontrar desde un profesor de
ruso a clases de informática, músicos, grupos de teatro, restauración, clases
de ingles y francés, alfabetización, pintura y un sinfín de especialidades…todo
ello sin moverte del barrio y totalmente gratis. Puede decirse que el barrio
funciona por su propia inercia sin cortapisas ni barreras tanto idiomáticas como
políticas.
Pero si hay algo que llama poderosamente la atención es el movimiento independentista que está calando por
el barrio porque hay quien entiende que Horta debe seguir siendo pueblo y por
lo tanto independiente de Barcelona, partiendo de la base de que en su día nadie
consultó a los vecinos ni se les pidió opinión y piensan que no tiene sentido que
por un acuerdo entre los ediles de la
gran capital se anularan todos sus privilegios y órganos de gobierno de un día
para otro sin otra opción ni oposición posible.
Es muy dudoso que este movimiento independentista tenga
ningún futuro pero puestos a pedir independencia aquí también se ha desatado la
fiebre de la división y hace tiempo se venden camisetas y todo tipo de fetiches
con los slogans de Horta Independiente aireados además en demostraciones y por
grupos culturales.
Lo malo de todo es que otros ahora barrios de Barcelona tomen
el testigo y tengamos dentro de nada una segregación en cadena que se descuelgue
de Barcelona fijando el límite de la ciudad condal en la mismísima avenida de
la diagonal, porque hasta allí mismo se extendía el que fue municipio de Gracia
y poco más allá de la plaza de las Glorias el municipio de San Martin, mientras
por el otro extremo estaría el de Sarria y San Gervasio.
Esto de andar desempolvando urnas puede despertar tantas querencias
que puede llevarnos a la época de los reinos de taifas donde todos tenían razón y cada uno su pendón.
CABEZA DE RATÓN
O COLA DE LEON
TAN MALOS SON LOS
UNOS PEORES
SON LOS DOS
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