martes, 28 de octubre de 2014

ABUELOS, NIÑOS Y VIVIVERSA

Lo normal es que los abuelos entre otras cosas lleven a sus nietos al colegio, lo que ya no es tan normal que esos mismos niños  visiten a los abuelos en su clase y además tengan la osadía de desplazarlos copando sus aulas a golpe de sonrisa y gestos de complicidad. Este es el asalto que cada año sufrimos los asistentes a los cursos de cocina que se imparten en nuestro casal, una vez más los pequeños del colegio La Salle de Horta se acercaron hasta nuestro taller para elaborar con nosotros los típicos panellets y es de señalar la buena disposición de unos y la no mala imaginación de los otros que lejos de amilanarse terminan queriendo sentar cátedra invocando el santo y buen oficio de sus mayores a los que de paso mencionan con cariño reverencial buscando referencias entre los ahora abuelos-reposteros ocasionales.

Pero no nos engañemos la realidad de este mundo al revés es que los niños son ahora los abuelos que abdicando de su autoridad aprovechan el momento  para hacer de la clase un recreo y de la tradición una cadena de sensibilidades que los auténticos niños difícilmente olvidarán, es muy emotivo pensar que algún día formaremos parte de sus recuerdos  y que al fomentar sus tradiciones quedará impreso en su memoria el cariño de  esta experiencia donde al lado del azúcar, los piñones,  las  almendras, el coco y el chocolate  tendrán presente a este  grupo de abuelos rebozados en harina intentando amasar y hornear con más ilusión que acierto unos panellets  impregnados con las formas, aromas y sabores propios de la fiesta de todos los santos, pero sobre todo con el componente mágico de la tradición y la afectividad.

Fueron cien  los niños que desfilaron por nuestras aulas, un ciento de sonrisas que iluminaron nuestro centro haciendo del cascabeleo de sus conversaciones  un canto a la vida y de sus miradas el mejor poema a la ilusión con que pudieran obsequiarnos, cuando concluida la experiencia los hemos visto alejarse y despojados ya de sus mandilones retornaban a su colegio sus miradas de agradecimiento y sus limpias sonrisas dejaban en esta pequeña torre de babel  que compone el grupo de cocina la sensación de haber pasado un examen con el calificativo de entrañable que seguro sumará puntos en nuestras notas de final de curso.

No hubiera sido posible este encuentro sin la atención y colaboración inestimable de sus profesores que tutelando en todo momento a sus pequeñines nos hicieron participes de unos métodos de enseñanza tan nuevos para nosotros y tan distintos a los de nuestra época que por momentos quisimos ser niños eternos a los que el tiempo y la vida les hubiera concedido el don de la eterna inocencia. Muchas gracias.
                                                                                     
CONSTRUIR UN RECUERDO ES MIRAR EL PRESENTE DESDE EL FUTURO

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona