....En Cataluña se estudia en silencio, se investiga
pacientemente…aquí en Madrid nos pasamos la vida elogiándonos unos a otros,
viviendo en el café, durmiendo de día, aplaudiendo en los teatros obras
arcaicas de cualquier caballero medieval, o zarzuelas chulas de algún señorito
tabernario. Cataluña es cierto es un pueblo aparte nada tienen de común con las
demás regiones españolas: ni historia, ni lengua, ni literatura, ni costumbres.
Es una nación independiente, moralmente independiente, posee tradiciones
propias, industria, arte, espíritu privativo. Pero todo esto no es razón para
que se niegue lo de fuera y se llegue hasta caer en apologías y paralelos
verdaderamente ridículos. El problema catalanista, en el fondo no es más que la
lucha de un pueblo fuerte y animoso con otro pueblo débil y pobre al cual se
encuentra unido por vínculos acaso no transitorios.
Los pueblos no son grandes por sus fábricas y por sus bancos,
son grandes por su generosidad y por su fe. Frente a la Cataluña burgués,
regateadora del céntimo, sorda sin ideales, sin robustas tradiciones
artísticas, está Castilla, pobre dadivosa, soñadora, artística….la burguesía
catalana no podrá nunca comprender y admirar el espíritu de Castilla; el bolsista
no admirará ni comprenderá jamás la despreocupación del poeta. Preguntar si
Castilla tiene fabricas, es como preguntar si Galdós trabaja en los andamios o
si Campoamor ha hecho su fortuna en el negocio de las harinas… Cataluña
presenta sus paños, sus maquinas, sus
muebles; Castilla presenta El Quijote,
El Alcalde Zalamea, la epístola moral….
Hoy (Domingo 19)
mientras en la plaza de Cataluña se congregaban para reivindicar su derecho a
un referéndum, en el otro extremo de la
ciudad, (barrio de San Andrés) nos los Castellano- Leoneses nos reuníamos para celebrar la fiesta de
nuestra patrona San Teresa sin gestos reivindicativos ni más intención que
estar juntos y sentir y sentirnos más fuertes a través de nuestras tradiciones,
pero estamos solos, nuestros hijos y
nietos apenas nos siguen y muchos de ellos conforman ahora esta sociedad
catalana reivindicadora e inconformista que estuvo engrosando el número de
asistentes en el acto de la plaza de Cataluña, nuestras tradiciones aunque
respetadas no han calado entre los nuestros, esta Cataluña integradora y voraz
parece haberlos engullido en el nombre del progreso, nuestro clan familiar
ejerce la incuestionable potestad de decidir y al igual que nosotros fuimos
inconformistas, ellos invocando ese mismo derecho consideran que este es su momento argumentando con razón que son la prolongación viva de aquel
espíritu nuestro que nos llevó en su día a ejercer el derecho a decidir. Mala cosa es tener que
rebatir cuando te argumentan con las
mismas razones que esgrimiste tu en su día para explicar por qué saliste de tu tierra, mala cosa es
tener que decir no cuando dijiste que si para evitar decir si cuando argumentas
que no, mala cosa es; pero nunca será peor que no decir ni sí ni no.
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