lunes, 20 de octubre de 2014

LEYENDO A JOSE MARTINEZ RUIZ, AZORIN (1873)

....En Cataluña se estudia en silencio, se investiga pacientemente…aquí en Madrid nos pasamos la vida elogiándonos unos a otros, viviendo en el café, durmiendo de día, aplaudiendo en los teatros obras arcaicas de cualquier caballero medieval, o zarzuelas chulas de algún señorito tabernario. Cataluña es cierto es un pueblo aparte nada tienen de común con las demás regiones españolas: ni historia, ni lengua, ni literatura, ni costumbres. Es una nación independiente, moralmente independiente, posee tradiciones propias, industria, arte, espíritu privativo. Pero todo esto no es razón para que se niegue lo de fuera y se llegue hasta caer en apologías y paralelos verdaderamente ridículos. El problema catalanista, en el fondo no es más que la lucha de un pueblo fuerte y animoso con otro pueblo débil y pobre al cual se encuentra unido por vínculos acaso no transitorios.
Los pueblos no son grandes por sus fábricas y por sus bancos, son grandes por su generosidad y por su fe. Frente a la Cataluña burgués, regateadora del céntimo, sorda sin ideales, sin robustas tradiciones artísticas, está Castilla, pobre dadivosa, soñadora, artística….la burguesía catalana no podrá nunca comprender y admirar el espíritu de Castilla; el bolsista no admirará ni comprenderá jamás la despreocupación del poeta. Preguntar si Castilla tiene fabricas, es como preguntar si Galdós trabaja en los andamios o si Campoamor ha hecho su fortuna en el negocio de las harinas… Cataluña presenta sus paños,  sus maquinas, sus muebles; Castilla presenta El Quijote, El Alcalde Zalamea, la epístola moral….


Hoy (Domingo 19) mientras en la plaza de Cataluña se congregaban para reivindicar su derecho a un  referéndum, en el otro extremo de la ciudad, (barrio de San Andrés) nos los Castellano- Leoneses  nos reuníamos para celebrar la fiesta de nuestra patrona San Teresa sin gestos reivindicativos ni más intención que estar juntos y sentir y sentirnos más fuertes a través de nuestras tradiciones, pero estamos solos,  nuestros hijos y nietos apenas nos siguen y muchos de ellos conforman ahora esta sociedad catalana reivindicadora e inconformista que estuvo engrosando el número de asistentes en el acto de la plaza de Cataluña, nuestras tradiciones aunque respetadas no han calado entre los nuestros, esta Cataluña integradora y voraz parece haberlos engullido en el nombre del progreso, nuestro clan familiar ejerce la incuestionable potestad de decidir y al igual que nosotros fuimos inconformistas, ellos invocando ese mismo derecho consideran  que este es su momento   argumentando  con razón que son la prolongación viva de aquel espíritu nuestro que nos llevó en su día a ejercer el  derecho a decidir. Mala cosa es tener que rebatir cuando te argumentan con  las mismas razones que esgrimiste tu en su día para explicar  por qué saliste de tu tierra, mala cosa es tener que decir no cuando dijiste que si para evitar decir si cuando argumentas que no, mala cosa es; pero nunca será peor que no decir ni sí ni no.

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona