En estos tiempos en que invitarte a un café representa
introducir en un mini robot una capsulita de aluminio con algo dentro que
además está perfumado y tiene no sé cuantas otras mezclas aromáticas, me
acuerdo del recuelo del café aquella manera con que el ingenio del ama
de casa sorteaba la escasez haciendo de la necesidad virtud y de la imaginación
banderín de enganche. Eran momentos en que la achicoria o la simple cebada
tostada suplían al café intentando teñir aquella leche migada con pan con que
nos desayunábamos los niños de la barriada, desayuno que llenaba barrigas hasta
bien entrado el medio día donde un cocido de garbanzos se mezclaba con la radio
en la hora del parte y se comía escuchando la retahíla de penas de muerte
o prisión con que el gobierno de Franco nos deseaba el buen provecho a todos
los españoles.
Pero aquí una vez más alguien decidió que aquel torrefacto no
podía ser mejor que el café que se pudiera extraer de los restos que los
cazillos de las cafeteras que algunos bares de Salamanca utilizaban como última
novedad en sustitución del puchero con manga coladera y hornillo de cisco y aquí
me tienen haciendo la recogida de los posos del café Plus Ultra con que luego mi madre alegraba la
leche migada para envidia de las vecinas y estupor de los amigos.
Hoy leo en la prensa que hay madres que tiene que añadir agua
a la leche del desayuno para que sus hijos lleven al colegio algo más que
angustia en sus estómagos son muchos hogares los que hoy en España están rozando
el umbral de la pobreza y los colegios son ahora comedores sociales para evitar
desmayos entre los niños por falta de alimento, triste historia esta nuestra donde han hecho
falta sesenta y cinco años para retornar al punto de partida mientras nuestros
gobernantes nos ponen como ejemplo ante
el resto de Europa demostrando la efectividad de las medidas aplicadas para
salir de la crisis, yo me pregunto de que España están hablando, de que
evolución presumen, cual es la equidad de
las rentas que nos exponen, donde está el progreso cuando muchos niños basan su
alimentación en la única comida que les proporciona el colegio.
Entonces había el llamado Auxilio Social y Caritas parroquial
donde la gente hacía cola para poder comer una vez al día, ahora hay comedores
sociales en cada barriada y un banco de alimentos donde recoger una colación
básica de supervivencia ¿Dónde está la diferencia?
Los posos del café serian otra vez un festival en los
desayunos de muchos de nuestros pequeños, pero ni siquiera pueden recurrir a
ello porque la industria ya no vende café ahora vende capsulas no reutilizables,
toda una metáfora del despilfarro frente a la precariedad.
EL NEGRITO DEL COLA CAO
AHORA RECOGE CHATARRA POR LAS CALLES
cuantos recuerdos me traes a mi cabeza, ¿ a quien le le toca hoy ir con el fardel?
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