Un tanto
patoso y no muy dado a los quehaceres del baile me asomo siempre que puedo a
nuestro salón cuando suena la música, un rictus de envidia debe reflejar mi
cara cuando por el solo hecho de estar mirando alguien trata de animarme para entrar
a formar parte de este grupo de aficionados que hacen del baile su afición y de
su afición un ejercicio recomendado por los que se dicen entendidos en la
gimnasia de mantenimiento físico y mental. No he podido sustraerme a la
curiosidad y charlar con la persona que dirige esta actividad en
nuestro centro cuya definición como taller de baile resulta muy apropiada ya
que está demostrado que activa las endorfinas
y regula y regenera el riego sanguíneo.
JOSE MARIA.-
Es el promotor que pone en marcha esta cajita de música seis horas a la semana
repartidas entre lunes y martes, imparte clases de bailes de salón 1º y 2º,
country y bailes en línea, los que lo hemos visto trabajando tenemos que admirar su dedicación escrupulosa
y profesional moviéndose entre los
bailarines corrigiendo y aconsejando individualmente
hasta conseguir hacer del baile un ejercicio del gusto por gustarse y de la
estética una condición inexcusable.
Nuestro
amigo es una catarata de anécdotas y experiencias, nació en Tárrega de la que
se vino a Barcelona a los diez y ocho años donde según su padre tendría un
mejor futuro, una vez en la ciudad condal formó parte de varios grupos
musicales con los que recorrió todas las emisoras y locales con posibilidades
de hacerse escuchar y disfrutar hasta que conoció a Mariona que le hizo entender que ella valía más que la música
pero al mismo tiempo potenció su afición
por el baile lo que hizo que acudieran
durante más de veinte años a distintas escuelas de varias especialidades, son
vecinos de Horta desde antes de casarse y cuando se inauguró nuestro centro
fueron los primeros en ofrecerse para poner en marcha esta escuela-taller que
hoy hace las delicias de más de ciento cincuenta de nuestros socios.
Hemos reído
con el amigo Aguado cuando nos dice que en su pueblo trabajó en una funeraria
donde las siestas no tenían mejor acomodo que los estuches del último viaje o
cuando una vez llegado a Barcelona se dio cuenta sin saberlo que había formado
parte de un enredo de trata de blancas o que lo único que recuerda como
positivo después de cuatro años como interno en un colegio religioso cenca de
su pueblo es el aprendizaje musical. Tenemos que cortar la entrevista con la
idea de que sus experiencias nos darían para ilustrar un periodo de la historia
de España que está por escribir y también porque no hay duda que sus setenta y tres años han
sido muy vividos y yo diría que muy disfrutados pero si hay una cosa que aflora entre mis apuntes es su
predisposición en la entrega y servicio a los demás, tenerlo cerca es valorar el enriquecimiento
que representa para este centro, para sus amigos la excelencia de su
persona.
Nota: Esta es una de las muchas semblanzas que publicamos cada mes en el
boletín de nuestro centro, son esa gente especial que hace más fácil la vida a
los demás por la sola satisfacción de ver felices a sus vecinos, son los que
nos ayudan a congratularnos con la sociedad cuando nuestros dirigentes están
haciendo del escándalo su medio natural de convivencia. Podíamos incluir taller
de: Costura, informática, pintura al oleo, pintura de ropa, idiomas,
excursiones, juegos de mesa, gimnasia,
poesía etc.etc. pero sobre todo son gente de una generación trabajadora que no
lo tubo nada fácil pero hicieron de su
vida un servicio a los demás.
J. Hernández
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