Las heridas deben
ser curadas saneando el mal que las origina, la mendicidad no se erradica si
antes no se proporcionan los medios para salir de ella, la prostitución no se
corrige si antes no se impide la necesidad y la coacción a que son sometidas,
el tráfico de emigrantes no se aborta si antes no se les protege en sus lugares
de origen, se les garantiza la seguridad
y sobre todo se impide la expropiación de sus fincas y la desaparición de sus medios
de vida a los que tienen que renunciar por la fuerza del miedo o la destrucción sistemática de sus
cosechas y sobre todo impedir la colonización de sus tierras.
La comunidad
europea quiere impedir la llegada de
estos hijos del hambre y del miedo a nuestras fronteras para ello van a invertir y gastar en armamento
el dinero que sea necesario lo que significará haber creado bolsas ingentes de
seres humanos que quedarán en manos de
unos desalmados que no dudarán en masacrarlos en el momento en que mantenerlos
con vida les sea excesivamente molesto. ¿Que haremos entonces? ¿Fumigaremos sus
“campos de concentración” para evitar epidemias? ¿Inauguraremos monolitos en su
memoria? ¿Mandaremos soldados de la ONU para confirmar el holocausto? ¿Nos rasgaremos las vestiduras diciendo que
esto podía haberse evitado?
Pero cuando la
información nos dice que las grandes multinacionales instaladas en Nigeria
destinarán a la elaboración de bioetanol sus grandes cosechas de yuca o que la
mayor reserva natural de Uganda quieren convertirla en una gran plantación de
caña de azúcar y que Tanzania, Zambia y Benín seguirán el mismo camino que
Nigeria y que de todo ello el país de origen no recibe prácticamente ningún
beneficio o que para conseguir estas enormes extensiones de terreno a habido
que desalojar a sus pobladores o deforestar sus bosques algo tiene que olernos
mal, cuando la vulnerabilidad de cualquiera de estos países queda a merced de la especulación y de los fondos de inversión algo
nos huele mas a podrido y cuando directa o indirectamente los que deciden
mandar cañones para acabar con el hambre son los mismos que sustentan a estos
grupos de inversión tendremos que preguntarnos en manos de quien estamos y a
manos de quien moriremos.
Cuando la importación de muertos no
sea suficiente seremos nosotros los exportados.
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