Nos golpeáis
la conciencia con vuestras barcazas llenas de niños, nos atragantáis la comida
pensando en sus familias, nos queréis hacer comprender que no podemos alimentar
a tanto emigrado, tratáis de hacernos entrar en vuestra razón midiendo sus
fiebres a golpe de calibradores de última generación haciéndonos pensar que son
la amenaza para nuestra salud, nos decís que hundiréis sus pateras antes de que
zarpen de sus puertos o que las mafias son las culpables de tanto disparate y
tanto despropósito porque además de engañarlos nos engañan trayéndonos el
desecho de sus defecaciones, los golpeáis en las alambradas o esperáis a que el
hambre y la sed los haga caer como frutos del árbol de hierro de la esclavitud,
pero ocultáis a los verdaderos culpables que parapetados en grandes despachos
ven pasar las pateras camino del destierro donde ellos mismos los seguirán explotando
en condiciones infrahumanas. Malditos seáis, malditos.
Nadie quiere
decirnos que África produce lo suficiente para alimentar a su población pero que sus más de 40 millones de
hectáreas de regadío están en manos de multinacionales que cargan barcos con su
producción y la envían a Estados Unidos
para convertirlas en agro- combustibles, que a muchos de los que nos llegan en
pateras les hicieron la vida imposible hasta obligar a vender sus granjas y fincas
agrarias haciendo bajar el precio de sus productos artificialmente para
abocarlos a la ruina mas ignominiosa o azuzando contra ellos guerrillas
aparentemente incontroladas.
Pero vuestro
juego llega mucho más allá, ahora podéis hacer oscilar los precios de las
materias primas a vuestro antojo porque tenéis el monopolio de las semillas y
podéis modificar cualquier tipo de cultivo a vuestro capricho e inocularnos a
través de ellos cualquier tipo de enfermedad para la que luego nos venderéis la
vacuna pertinente a fin de salvarnos la vida, no para que sigamos viviendo si
no para que sigamos consumiendo vuestras malditas producciones.
Mientras
tanto vosotros seguís reuniéndoos rodeados de guardaespaldas pagados por
nosotros, regulareis nuestros sueldos a la baja para competir con los esclavos
que vosotros mismos habéis creado y por si esto fuera poco podéis crear una
alarma social innecesaria haciendo escasear los productos básicos para
inmediatamente hacer fluctuar los precios a vuestro capricho.
Lo
paradójico es que detrás de todo esto están los mismos bancos a los cuales
confiamos nuestros ahorros, les damos todos los datos necesarios a través de
las compras que efectuamos con sus tarjetas de crédito, ponemos en sus manos
nuestros currículos al percibir la nomina de nuestras empresas a través de sus oficinas
y por si esto fuera poco quieren asegurar nuestras pertenencias a través de sus
aseguradoras teniendo con ello el balance de nuestra situación.
NANA
PARA LA NIÑITA NEGRA
Mi niñita negra
Que has nacido hoy
Llegando a la costa.
El destino, la guerra
Han hecho que tu madre huya
De muerte segura
En una África dura.
Hoy, has visto la luz
Encima de un barco
Que llegaba a tierra.
Y la bella Italia
Te acoge en sus brazos.
Serás italiana.
Duérmete tranquila
Mi niña pequeña
Mi niñita negra
Tu madre te acuna
Y tu sueño vela.
Esta composición es de nuestra amiga
y compañera del grupo de poetas de nuestro centro Sofía Navival y con su
permiso la ofrezco a los seguidores que se sientan capaces de componer la
música para esta nana.
Un libro recomendado: NO VAMOS A TRAGAR (de Gustavo Duch)
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