miércoles, 13 de mayo de 2015

MALDITOS SEAIS, MALDITOS

 Nos golpeáis la conciencia con vuestras barcazas llenas de niños, nos atragantáis la comida pensando en sus familias, nos queréis hacer comprender que no podemos alimentar a tanto emigrado, tratáis de hacernos entrar en vuestra razón midiendo sus fiebres a golpe de calibradores de última generación haciéndonos pensar que son la amenaza para nuestra salud, nos decís que hundiréis sus pateras antes de que zarpen de sus puertos o que las mafias son las culpables de tanto disparate y tanto despropósito porque además de engañarlos nos engañan trayéndonos el desecho de sus defecaciones, los golpeáis en las alambradas o esperáis a que el hambre y la sed los haga caer como frutos del árbol de hierro de la esclavitud, pero ocultáis a los verdaderos culpables que parapetados en grandes despachos ven pasar las pateras camino del destierro donde ellos mismos los seguirán explotando en condiciones infrahumanas. Malditos seáis, malditos.

Nadie quiere decirnos que África produce lo suficiente para alimentar a su  población pero que sus más de 40 millones de hectáreas de regadío están en manos de multinacionales que cargan barcos con su  producción y la envían a Estados Unidos para convertirlas en agro- combustibles, que a muchos de los que nos llegan en pateras les hicieron la vida imposible hasta obligar a vender sus granjas y fincas agrarias haciendo bajar el precio de sus productos artificialmente para abocarlos a la ruina mas ignominiosa o azuzando contra ellos guerrillas aparentemente incontroladas.
Pero vuestro juego llega mucho más allá, ahora podéis hacer oscilar los precios de las materias primas a vuestro antojo porque tenéis el monopolio de las semillas y podéis modificar cualquier tipo de cultivo a vuestro capricho e inocularnos a través de ellos cualquier tipo de enfermedad para la que luego nos venderéis la vacuna pertinente a fin de salvarnos la vida, no para que sigamos viviendo si no para que sigamos consumiendo vuestras malditas producciones. 
Mientras tanto vosotros seguís reuniéndoos rodeados de guardaespaldas pagados por nosotros, regulareis nuestros sueldos a la baja para competir con los esclavos que vosotros mismos habéis creado y por si esto fuera poco podéis crear una alarma social innecesaria haciendo escasear los productos básicos para inmediatamente hacer fluctuar los precios a vuestro capricho.
Lo paradójico es que detrás de todo esto están los mismos bancos a los cuales confiamos nuestros ahorros, les damos todos los datos necesarios a través de las compras que efectuamos con sus tarjetas de crédito, ponemos en sus manos nuestros currículos al percibir la nomina  de nuestras empresas a través de sus oficinas y por si esto fuera poco quieren asegurar nuestras pertenencias a través de sus aseguradoras teniendo con ello el balance de nuestra situación.

 NANA PARA LA NIÑITA NEGRA
Mi niñita negra
Que has nacido hoy
Llegando a la costa.
El destino, la guerra
Han hecho que tu madre huya
De una vida perra,
De muerte segura
En una África dura.
Hoy, has visto la luz
Encima de un barco
Que llegaba a tierra.
Y la bella Italia
Te acoge en sus brazos.
Serás italiana.
Duérmete tranquila
Mi niña pequeña
Mi niñita negra
Tu madre te acuna
Y tu sueño vela.

Esta composición es de nuestra amiga y compañera del grupo de poetas de nuestro centro Sofía Navival y con su permiso la ofrezco a los seguidores que se sientan capaces de componer la música para esta nana.

Un libro recomendado: NO VAMOS A TRAGAR (de Gustavo Duch)



 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tiene a su disposición este espacio para sus comentarios y opiniones. Sea respetuoso con los demás

Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona