Bien lo pasamos en las distintas despedidas de final de los cursos
en que estamos metidos, en principio por el interés general en poner cada uno
de su parte todo lo necesario para mantener viva la ilusión dejando un recuerdo
agradable que nos haga desear la apertura del nuevo ciclo. La comida de los
voluntarios de nuestro centro fue como siempre especial y concurridísima y
sobre todo gratificante por el ambiente de confraternización y camaradería de todos los asistentes, esta torre de Babel
de andar por casa unificadora de idiomas y criterios demostró una vez
más que la bandera del bien común es universal sin distinción de razas,
orígenes ni colores.
Para todos un buen verano
y para algún despistado que me lo solicitó a pesar de que fue
publicado hace meses en nuestro boletín acompaño el trabajo presentado por mí en
el último certamen de poesía. Un abrazo a todos y esperemos recuperar fuerzas
para comenzar con nuevas energías el próximo septiembre.
Casita de piedra vieja
La del dintel esculpido
Que oculto tras la maleza
Cobija dolor y olvido
Te vi ya escasa de carnes
Y llagado tu lomo herido
Tus vigas peinan los aires,
De un armazón semi hundido
Dicen que el paso del tiempo,
Dicen que un topo escondido.
Yo me abogo al sentimiento
De un interés corrompido.
Casita de innoble queja
Por un cuartón dividido
Y gritar que no te olvido
Y pasar a tu zaguán
Con su alacena de olivo
Y subir por la escalera
Del peldaño carcomido
Beber agua en la tinaja
Y la sopa en su lebrillo
Y oír si cruje el escaño
Y si hay llares y morillo
Más todo esto es pasado
El presente es tu suicidio
Aplazado ya mil veces
Alargando tú martirio
Mochada tu chimenea
Mordido tu tejadillo
Herrumbradas ya tus puertas
Eres tú… juez y testigo
Te miro ya lejos del tiempo
Desde el teso del olvido
Donde horizonte y ocaso
Confluye nuestro destino
Maldiciendo las batallas
Que enmarañaron tu
sino
Cuando solo unas paladas
Serán pronto un buen abrigo
J. Hernández
AMIGO DEL ALMA, AMIGO
A mi padre y su amigo Quintín de la Torre
Dicen que vieron pasar
Por la plaza del Corrillo,
Un alma que en su vagar,
Buscaba a su lazarillo
Salamanca fue su hogar
La plaza su recorrido
De la zarzuela juglar
Y la amistad su sentido.
Me enseñasteis a cantar
Y a valorar al amigo
Que hace suyo tu pesar
Sin alardes, sin decirlo
Mandamiento universal
Que yo viví y ahora vivo.
Darle al mendigo tu pan
Y si es menester dale vino
Al amigo no ha lugar
Da llave del molino
La jarra de tu lagar
Y sobre todo cariño.
J.
Hernández
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