miércoles, 24 de junio de 2015

FINAL DE CURSO

Bien lo pasamos en las distintas despedidas de final de los cursos en que estamos metidos, en principio por el interés general en poner cada uno de su parte todo lo necesario para mantener viva la ilusión dejando un recuerdo agradable que nos haga desear la apertura del nuevo ciclo. La comida de los voluntarios de nuestro centro fue como siempre especial y concurridísima y sobre todo gratificante por el ambiente de confraternización  y camaradería de todos los asistentes, esta  torre de Babel  de andar por casa unificadora de idiomas y criterios demostró una vez más que la bandera del bien común es universal sin distinción de razas, orígenes ni colores.

Para todos un buen verano   y para algún despistado que me lo solicitó a pesar de que fue publicado hace meses en nuestro boletín acompaño el trabajo presentado por mí en el último certamen de poesía. Un abrazo a todos y esperemos recuperar fuerzas para comenzar con nuevas energías el próximo septiembre.

 LA  HERENCIA

Casita de piedra vieja
La del dintel esculpido
Que oculto tras la maleza
Cobija dolor y olvido

Te vi ya escasa de carnes
Y llagado tu lomo herido
Tus vigas peinan los aires,

De un armazón semi hundido

Dicen que el paso del tiempo,
Dicen que un topo escondido.
Yo me abogo al sentimiento
De un interés corrompido.

Casita de innoble queja
Por un cuartón dividido
Hoy quisiera abrir tu puerta
Y gritar que no te olvido

Y pasar a tu zaguán
Con su alacena de olivo
Y subir por la escalera
Del peldaño carcomido

Beber agua en la tinaja
Y la sopa en  su lebrillo
Y oír si cruje el escaño
Y si hay llares y morillo

Más todo esto es pasado
El presente es tu suicidio
Aplazado ya mil veces
Alargando tú martirio

Mochada tu chimenea
Mordido tu tejadillo
Herrumbradas ya tus puertas
Eres tú… juez y testigo

Te miro ya lejos del tiempo
Desde el teso del olvido
Donde horizonte y ocaso
Confluye nuestro destino

Maldiciendo las batallas
Que enmarañaron  tu sino
Cuando solo unas paladas
Serán pronto un buen abrigo

                                         J. Hernández


AMIGO DEL ALMA, AMIGO
                         
                                 A mi padre y su amigo Quintín de la Torre

Dicen que vieron pasar
Por la plaza del Corrillo,

Un alma que en su vagar,
Buscaba a su lazarillo

Salamanca fue su hogar
La plaza su recorrido
De la zarzuela juglar
Y la amistad su sentido.
 
Me enseñasteis a cantar
Y a valorar al amigo
Que hace suyo tu pesar
Sin alardes, sin decirlo

Mandamiento universal
Que yo viví y ahora vivo.
Darle al mendigo tu pan
Y si es menester dale vino

Al amigo no ha lugar
Da llave del molino
La jarra de tu lagar
Y sobre todo cariño.


                                    J. Hernández  

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona