martes, 7 de julio de 2015

LA COMUNIDAD SE MUERE DE SED

Así comienza un artículo publicado no hace muchos días en el País, la falta de agua se ha llevado por delante la vida de CINCO MIL NIÑOS en una comunidad donde trescientos sesenta y cinco días al año  sobreviven 400.000 personas con temperaturas de 35 a 42 grados si agua y sin posibilidades de llegar a ella. El periodista autor del artículo describe la situación como monstruosa,  aberrante y sin duda alguna como crimen contra la humanidad.

Pero no se sobresalten el problema nos queda lejos la comunidad europea ya tiene bastante con preocuparse con no dejar escapar a Grecia para que siga pagando intereses aunque ello suponga bajar varios peldaños en su dignidad como pueblo, E.U.U seguirá enviando armas a cualquier parte del mundo para contener furias desatadas, nuestros barcos de guerra seguirán dando cobertura a las flotas pesqueras para impedir abordajes y como siempre nos alarmaremos cuando la noticia de un terremoto o tragedia aérea haga poner en marcha dispositivos  de emergencia de última generación que estarán listos para actuar en cualquier parte del mundo, pero este caso no tiene importancia la comunidad WAYÚU  habla su propia lengua muy pocos entienden el español y sobre todo son gente pacífica que no representa ningún peligro para el resto de comunidades ni se les pasa por la cabeza hacerse notar provocando atentados.
Lo aberrante de esta historia en que intereses de compañías mineras les han robado el rio que les daba vida y les ayudaba a soportar temperaturas tan extremas, el periodista describe en su artículo la monstruosidad que representa el exterminio de la población de LA GUJIRA por intereses meramente económicos sin que nadie intervenga para hacer cumplir leyes internacionales, el gobierno colombiano parece mirar para otro lado y la comisión de los derechos humanos padece lastre en las pestañas dando tiempo a la desaparición de esta comunidad y con ella su cultura y un idioma que le es propio.
La cueca minera instalada aguas arriba del rio Ranchería represó sin ningún miramiento a fin de construir sus lavaderos sin respetar leyes ni derechos, contaminando además los acuíferos de los que se hubiera podido alimentar  la población, de momento ninguna organización internacional se ha puesto en marcha para obligarles a restituir y compensar el mal ocasionado, nuestros flamante organismos internacionales una vez más sacan su patas de elefante cuando les interesa pero son incapaces de proteger a una población de la que se sentirán apenados y doloridos cuando inauguren el monolito que recuerde su desaparición y su memoria, mientras tanto el goteo de muertes es constante; las epidemias diezman la población y tan solo Carolina Sáchica  defiende los derechos de esta comunidad ante los organismos que deberían de hacerlo por obligación. Una vez más los intereses egoístas de multinacionales y grupos de inversión prevalecen y se imponen por la fuerza ante el más débil.


LUEGO DICEN QUE EL CABÓN DE COLOMBIA ES MUY BARATO

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona