lunes, 23 de mayo de 2016

BANDERAS, PENDONES Y BANDERINES DE ENGANCHE


No tengo ni idea de a quien se le ocurrió poner una estrella a la bandera cautribarrada de Cataluña, pero la imitación a la bandera cubana de Fidel Castro ha desvirtuado la esencia de lo auténticamente catalán y ya no se concibe la bandera catalana sin su estrella ni se identifica al autentico catalán sin su “estelada”. Todo un contra sentido cuando el seni catalán no se asemeja ni por asomo al prócer cubano ni la aspiración de este pueblo tiene nada que ver con el régimen de la isla azucarera.

Aquí se admitió con cierta naturalidad la deriva de la bandera como  símbolo de protesta sin más expectativas que las de llamar la atención creando en los demás la necesidad implicarse en la controversia, ahora ha faltado unir a esto la disputa futbolística para remover un guiso que cocinado a fuego no hubiera llamado la atención pero al arrimar las brasas de los que se sienten goumet del sentir Español se ha tornado un producto de difícil digestión. Mala cosa esta cuando la provocación es así de fácil y caer en ella la trampa ridícula  e infantil de juegos y entretenimientos.

Los españoles no aprendemos ni queremos repasar nuestra historia donde las banderas y los pendones eran los símbolos bajo los que morían solo los pobres, donde los agitadores profesionales raramente se encontraban sujetando el mástil en el momento de defenderla y en muchos casos cambiaron de bandera según les viniera el viento. La bandera nunca puede ser una provocación como tampoco entiendo que a un banderín de enganche  puede jurársele amor eterno dado que solo será la sangre del que jura la que se derrame; nunca la del que toma el juramento que se guardará muy mucho de estar en la lista de donantes.

Patética la prohibición, sorprendente la no prohibición y sobresaliente a los provocadores por haber conseguido eco mundial en un momento en que electoralmente les favorece, haciéndose víctimas de la incomprensión en un ambiente como el futbolístico donde testosterona está en niveles que enturbian el entendimiento y relajan la comprensión.


LA BANDERA DEL POBRE ES EL MANTEL DE SU MESA Y NADIE LE ROBE

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tiene a su disposición este espacio para sus comentarios y opiniones. Sea respetuoso con los demás

Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona