jueves, 16 de junio de 2016

Jugar a la contra

No hay manera de ver jugar a un buen partido, todos juegan a la contra, todos señalan el mal quiebro del contrario para ocultar su escasa organización de juego y su carencia de ideas, no hay manera de que chuten directamente a portería sin remilgos ni falsos regates, la delimitación del terreno de juego es cada vez más pequeña y solo cuando el contrario toma alguna iniciativa alguien sale en su persecución para atajarlo y volverlo al redil de la monotonía.

Los partidos son aburridos, tediosos y soporíferos, el bombeo de balones hacia la grada no desata pasiones ni los nuevos uniformes de las figuras son ya moda a imitar. Esta liga se juega en una pley sin cabezas que salten al remate, ni caños que dejen al contrario clavado en el suelo, una salida de banda es provocada para coger resuello y la tanda de  penaltis no es más que un brindis al sol, los porteros  ayudados por el ojo de halcón pierden agilidad por falta de ejercicio y reparten y exhiben octavillas como único modo de no aburrirse.

Con este panorama la gente no acude a las taquillas, el papel sin vender se acumula y solo los pases gratuitos o a favor parecen mover el torno de entrada donde las cámaras siempre atentas procuran aumentar el foco de la participación. Esta liga necesita un revulsivo, el tedio y la mediocridad pueden con ella, o quizá habrá que girar  el campeonato hacia una  liga femenina donde la intuición y el ingenio constituyan una nueva forma de jugar, una capitana con estas características seria bien acogida  en esta selección nacional, pero está claro que un burka sicológico parece cubrirlas y les será muy difícil desprenderse de él durante esta generación.

El de ayer fue un partido sin historia donde ni siquiera la tanda de penaltis resolvió la contienda, la defensa fue la protagonista y la falta de confianza en las propias fuerzas nos ofrecieron un encuentro tedioso, donde ni siquiera los gestos denotaron ningún atisbo de haberse tomado las cosas en serio. Haciendo un símil taurino los toros debieron ser devueltos a los corrales  faltos de fuerza rehusando la embestida.


ESPAÑA NO JUEGA,  JUEGAN CON ESPAÑA

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona