Le gusta oler los tomillos, pasar la mano por el romero,
contemplar la flor de una jara, embriagarse oliendo la hierbabuena, la menta y
el espliego, intentar leer el lenguaje de los pájaros, advertir la proximidad
de una tormenta, disfrutar con el olor a
tierra mojada, abrazar un árbol y leer sus años en un tronco partido, adivinar
por el tañir de las campanas la humedad del ambiente, que canturrear ayuda a
relajarte, recordar refranes es bueno para ejercitar la memoria, que el cerebro
también influye en el manejo con destreza de una herramienta. Nuestro hombre
nunca pensó que esto se recomienda hoy día a los jóvenes como aprendizaje y
para estimular el estudio, que su
sistema autodidacta para aprender a leer y escribir observando a los
profesionales de la comunicación es hoy modelo a tener en cuenta, que incluso
la música y las jotas bailadas en su pueblo incentivan los dos hemisferios del cerebro en beneficio
de la coordinación, que hay dotes naturales en el ser humano que condicionan y
potencian tendencia y habilidad, que en definitiva lo que él creía rarezas
rurales son métodos que hoy se consideran base de la educación.
Nuestro hombre ha encontrado todo esto reflejado en un libro
mientras velaba el sueño de sus nietas: ENSEÑALE
A ESTUDIAR, donde ya de entrada se dice que nadie nos prepara para ser
padres y que en muchos casos solo te das cuenta de ello cuando ya eres abuelo. Nuestro
personaje perdido entre semáforos, estridentes pitidos de coches y escapes de
motocicletas comienza a dar valor a su libro de cabecera que no es otra cosa que estudiar la
naturaleza, hablar con el viento, interpretar el fluir del humo de la chimenea,
observar a los vencejos anunciando tormentas… pero nunca pensó que alguien
podría incluir y recomendar hoy día en un volumen de ayuda a la enseñanza algo
tan básico como subrayar con lápiz las frases más impactantes de un libro
cuando a él precisamente le suspendieron por hacer eso mismo en sus años de
colegio.
Nuestro hombre volverá al campo sabiendo que los productos de
su huerto se denominan ahora ecológicos, que la manzanilla salvaje que el
recoge es considerada como única y genuina, que los emplastos para heridas, torceduras y dolores de barriga aprendidos de
sus mayores se llama ahora medicina
alternativa y las casas de adobe de su pueblo enjalbegadas con barro y cal
ahora se llaman vio-construcción consideradas además como el aislamiento inmejorable contra el frio y el
calor, en definitiva que cuando la hierba está “agostada” es infalible que
llegan tormentas.
LA NATURALEZA ESCRIBE SU
DIARIO EN EL PAPEL DE LAS NUBES
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