sábado, 7 de julio de 2018

YA QUE ESTAMOS… sobrevivir entre albañiles


La idea surgió de la propia vida, nos vamos haciendo mayores dijo la voz del sentido común y ya se sabe que llegando a estos atardeceres el salto del tigre en la bañera está prohibido, las lorzas te impiden ver donde pones las garras en que transformas tus pies pero no impiden que resbales y te rompas la cornucopia, y puestos a pensar decidimos retirar la bañera que tantos años nos acunó para  reemplazarla por un impersonal plato de ducha.


Dicho y hecho llamamos al  “bañerero” de turno que en un pispas nos endilga un presupuesto que más bien parece la reforma de la sagrada familia, los grifos no valen, el alicatado está que da pena, el plato de ducha ya que estamos…ha de ser de última generación, ya que estamos……..mi mujer me mira yo miro al “bañerero” y mas resignados que convencidos iniciamos la última reforma de nuestra vida, pero ahí empezamos el conjugar el… ya que estamos, ya que estamos… podíamos hacer… ya que estamos… podríamos retocar ya que estamos... El ya que estamos nos ha puesto la casa patas arriba, mi templo de trabajo ha sido violado por la conducción del aire acondicionado , escribo entre cajas y embalajes con el cuello torturado, mis libros achiperres y amuletos duermen apilados en los rincones, donde yo pedí dos enchufes ponen cuatro por que el Coman de turno se pasó con el taladro, la culpa según parece es de la pared que estaba muy flaca, a la nueva cocina le falta una loseta porque calcularon mal y esperan una de la misma tintada que ha de venir de fabrica, la encimera no llega por que el carpintero se retrasó con los armarios, el pintor echa chispas por que el viejo empapelado del pasillo no se deja arrancar, la mampara de la ducha  tarda porque es de diseño,  el electricista ajeno a todo esto impone regatas a troche y moche, las habitaciones de mis hijos son ahora almacén  de almacenes y para más inri alguien se ha confundido de cable y nos ha dejado sin internet y sin teléfono y ahí nos tienen a mi mujer y a mi deambulando como espectros entre cajas y cortinas de plástico que cual telarañas en campo santo cubren nuestros muebles sin atrevernos a contradecir a nadie para evitar represalias, comer es una aventura, los restaurantes de la zona ya nos conocen, cocinar en el microondas ha sentado cátedra,  ver la televisión recuerda los tiempos del franquismo cuando bajo una manta se escuchaba por la noche “La Pirenaica”, pedimos clemencia pero nadie nos escucha, nuestra casa ya es de todos, gente desconocida entra y sale con el único pasaporte de tener una herramienta en la mano, imploramos el fin de esta pesadilla pero nadie parece poner fin y mientras tanto seguimos pensando si no hubiera sida más sensato recurrir al barreño de zinc y al estropajo de toda la vida y dejarnos de zarandajas, pero ya que estamos... solo queremos que este calvario pase cuanto antes y podamos disponer de nuestra casita para nosotros solos sin obreros que entren y salgan como Pedro por su casa.

LOS ESCOMBROS TAMBIEN SE LLEVAN ALGUNOS CIMIENTOS DE TU VIDA

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona