viernes, 28 de junio de 2019

COSAS DE LA EDAD


Me estoy haciendo comodón, me lo noto pero al mismo tiempo deseo serlo aunque el espíritu me diga que aún puedo dar mucha guerra. No quiero problemas  quiero vivir en paz me dice mi acomodaticio cuerpo mientras la mente se revuelve para decirme que ese no es el camino que luchar y enfrentarse es lo que me ha mantenido en forma y que abdicar de este estado es entregar la bandera de la rendición por  la edad.

La verdad es que es comodísimo dejar que los demás carguen con tus obligaciones pero un regusto enmohecido se empieza a destilar a mi alrededor, algo me dice que la comodidad y la edad quedan prendidas a la dejadez, que el dejar pasar el tiempo es un síntoma de que estoy empezando a ser realmente viejo y que de ahí a estar echando de comer a las palomas solo hay un paso, nunca me preocupó la fecha en mi carnet de identidad pero hay cosas que me obligan a pensarlo o a lo mejor es que soy realmente viejo y yo no me había enterado hasta ahora, tengo dudas de mis mismo, sigo conduciendo sin ningún problema, intervengo en un montón de historias que pasan a mi alrededor, camino con cierta agilidad y mi corazón aunque reparado sigue carburando como siempre, entonces  ¿Qué me pasa?

Es cosa de la edad o es más bien de la edad de los sistemas, ya no puedo contestar cartas porque los sistemas han cambiado, cualquier diligencia ha de ser electrónica, las maquinas sustituyen a las personas  en los centros de trabajo y organismos oficiales, el móvil sustituye las tertulias,  la entrada del teatro ya no te permite discutir por la ubicación, el periódico ya no se lee en papel y el amigo te dice que le mandes un email para evitar perder el tiempo en encontrarnos. Si ir contra todo esto es ser viejo yo lo voy  hacer constar como profesión en mi carnet de identidad, la vida no puede estar marcada  por la electrónica, mis hijos no se hacen cargo de mis problemas por falta de lucidez si no porque los medios ya no son los de mi tiempo y aunque yo no quiera aceptarlo el sistema desplaza a los que no comulgamos con su padrenuestro y así poco a poco me voy desconectando de la actualidad, a eso se le llama ser viejo.

Pero conmigo lo tienen claro, si hay que discutir se discute empleando mis medios, si he de hablar no lo hago a través del móvil, si he de mandar un escrito sigo encabezando con el Muy Sr. Mío y si alguien trata de menospreciar por la edad a mi o a los míos, ya le anticipo que ha dado en hueso aunque luego sean mis hijos los que tengan que poner remedio a la situación. ¡Qué le vamos a hacer ¡ yo nací asi. 
   
            EL TREN DE LA VIDA SOLO TIENE UNA ESTACIÓN
              J. Hernández

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona