El catastro es un pozo negro , ante el aviso de un vecino afectado acudimos al mencionado organismo con la intención de confirmar que nuestra propiedad no había sufrido ninguna alteración, vano intento, la extensión de nuestra finca según el catastro ha quedado reducida en un sesenta por ciento, el resto según ellos consta a nombre de un desconocido , la documentación aportada escrituras incluidas y oficialmente correcta no les vale, tampoco te explican la falta de aviso o notificación escrita que obligatoriamente hubiéramos tenido que recibir como hipotéticos vecinos colindantes según marca la ley, ante tan flagante omisión se lavan las manos y tan solo al cabo de unos meses recibes una carta tipo que no aclara nada y en muchos de los casos no tiene nada que ver con el problema planteado. La escritura realizada ante notario hace más de cincuenta años y registrada correctamente para este organismo no tiene ningún valor, la aportación de planos topográficos que después nos pidieron tampoco y sobre todo intentar o solicitar una cita personal con un cargo superior al probo funcionario de la ventanilla es como pedir audiencia a un holograma.
Llevo años para que alguien me explique cómo este desconocido
ha podido poner a su nombre en el catastro parte de mi propiedad, tampoco me
facilitan el nombre del interfecto porque según ellos son datos protegidos por
ley, ante mi insistencia e indignación los funcionarios de turno reconocen que son
conscientes de que esto es toda una estrategia o una falta grave por parte de
algún alto cargo pero que ellos no pueden hacer nada sin órdenes superiores.
Desde la última alegación presentada mucho antes de esta maldita pandemia y a
pesar de la amplísima documentación digitalizada nadie tiene tiempo para responder
ni a mí ni al resto de convecinos de las fincas colindantes también afectados.
Mis hijos me piden calma pero mi paciencia se está acabando y
dejar este despropósito sin solucionar no está en mis esquemas, tanto es así
que estoy barajando la idea de personarme
a la puerta del catastro con silla y pancarta o mejor quemarme a lo bonzo para
abrir los noticieros del día. ¡Ah! Por
si fuera poco y valiéndome de mis propios medios he conseguido saber que el
apellido de mi seudo okupa coincide con un conocidísimo industrial de OLESA DE MONTSERRAT termino municipal al
que pertenece mi propiedad y que es hijo además del que fue pro-hombre homenajeado
en su momento e hijo ilustre de la localidad, me consta también que a pesar de
haber sido citado por el catastro en varias ocasiones nunca se presentó ni ha
presentado la documentación alguna que justifique su intromisión. (Continuará)
LOS CACIQUES COMO LOS
NABOS APROVECHAN CUALQUIER TERRENO
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tiene a su disposición este espacio para sus comentarios y opiniones. Sea respetuoso con los demás