Cuando a uno le prorrogan la vida da gracias a Dios y espera no tener oportunidad de dárselas personalmente o al menos hace lo imposible por demorar la audiencia, dicen que soy un hombre con suerte yo digo que la suerte hubiera sido no necesitarla, pero de todos modos me doy por conforme y aunque me siento robotizado y mucho me temo que si un día el puñetero marcapasos riñese con la válvula por un quítame ese latido o deciden hacer huelga por competencia desleal la prorroga se vaya al garete, y no quiero pensar si hacen huelga a la japonesa y se ponen a latir como locos, allí me ven subiendo el Tibidabo derrapando y lo que es peor: la bajada terminaría en las aguas del puerto como lancha a motor sin necesidad de repostaje y a poco que me descuidara me vería cargando emigrantes en África o en el estrecho de Gibraltar pasando contrabando, de todos modos confío en que tanto el uno como la otra sigan llevándose bien y el romance les dure unos años más. Con mi dentadura no tengo problema se llevan como hermanas, encajan de maravilla y al ser las dos adoptadas no hay celos entre ellas, lo único que lamento es que hay veces que en un exceso de celo se distraen y me pegan algún mordisco, cosa breve por otra parte porque enseguida levantan el puente y todo queda en un beso apasionado.
Me estoy
plateando testar para que antes de
fundirme puedan recuperar mis piezas mecánicas, yo que siempre he sido proclive
al reciclaje no puedo consentir que el titanio que llevo dentro no tenga una
segunda oportunidad de manera que la válvula se la dejaré a mi vecino el del
kiosco que aún tiene moto a manivela, con la condición de que la permita leer
el periódico todos los días para que no pierda la costumbre como hizo viviendo conmigo,
¡Ah¡ que no se le olvide de darle su dosis de Sintrom diaria, la pobre
se hizo adicta y no puede vivir sin ella, el marcapasos se lo dejo al ayuntamiento
para que lo instale en el semáforo del colegio de la esquina, el mismo donde
una vez uno de sus alumnos de primaria me llamó la atención por pasarlo en
rojo, para mi dentadura tengo decidido
dejarla en usufructo a una residencia de mayores para que puedan emplearla como
cascanueces, les subrogaré la garantía
firmada por si algún diente se malograse, pero con una condición:
que de vez en cuando la dejen probar un torrezno de Soria y a ser posibles las
sopitas de ajo que hacia mi madre.
Por lo demás queridos amigos este primero de año celebro el
primer aniversario de mi segunda
oportunidad, os puedo asegurar que la
vida siendo la misma ya es otra y sobre todo ayuda a relativizar los egoísmos
la avaricia y hasta el precio de la luz y no digamos ya si te permite seguir
pintando, trabajar la cerámica, recitar de vez en cuando y sobre todo seguir
escribiendo aunque esto sea un brindis al sol porque no si al otro lado alguien
se molesta en leerme, lo único que lamento es que con esto de la pandemia y por
supuesto por la mascarilla no podemos cantar coralmente pero todo se andará, de
todos modos desde este CORAZÓN REAJUSTADO y para todos:
FELIZ AÑO
NUEVO
REIRSE DE UNO MISMO ES DEJAR
LAS ESPECTATIVAS EN CALZONCILLOS
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