El viejo trovador camina solo; mandolina al hombro y cuerpo leñoso su sombra desdibujada le precede sobre el asfalto, es su andar cansino y curvo y mas pareciera caminar en derechura siguiendo el rastro de su afición que en pos de un destino incierto, es frágil, tanto que mas que comer pareciera hacer de viernes a partir del lunes o estar en cuaresma siendo verano, inasequible al desaliento hace de su afición una adición y de su estilo una escuela, discutirle es quimera pues ni Quijote que fuera reconocería vacía de barbero en yelmo de Mambrino, avellanada la edad mostacho en las sienes y erial en la cumbre, camina despacio, sin pausas ni aprietos ajeno al ocaso, y allí donde llega rasgueando sus cuerdas el coro se afina en leve repaso.
José Quesada López.- Lo nacieron en Jaén y ya con once
años consiguió ser premiado en la emisora local en un concurso infantil (1 kg.
De mantecados y una barra de turrón) Su amor por la música debió nacer antes
que el mismo y bien pareciera que del cordón umbilical hizo cuerda de guitarra y del sonajero maraca cambalachera. La mili lo
hizo salir de su tierra y aquí se quedó, fue maestro armero pero se ganó los
favores de su capitán y una buena mili afinando un antiguo piano que nadie se
atrevía a desmontar por inservible
y falto de interés. Su estancia en Barcelona dura ya cincuenta y
tantos años durante los cuales desempeñó distintos oficios de los que destaca
la reparación y mantenimiento de las mastodónticas maquinas cinematográficas en
cuyas cabinas más de una vez lo despertaron los tiros de Gary Cooper, las carcajadas de Alfredo Landa o los cuplés
de la del Campo de Criptana, pero siempre teniendo la música como referencia y compañera
inseparable.
Cada miércoles por la
tarde lo encontrareis sumergido en
su más preciado elemento el taller de
rondalla; apasionado, compulsivo
y tan entregado a su repertorio que rara es la semana que no presenta novedosos
arreglos o nuevas partituras consiguiendo un catalogo tan amplio que más
pareciera cantoral de cartuja gregoriana que dosier de música tradicional. Para
el maestro los ensayos siempre terminan con prorroga y de la prorroga quisiera
otro ensayo, su increíble capacidad musical
y su espíritu de trabajo; a pesar de sus ochenta años hacen difícil seguirle
y estar a su altura significa verte abocado
a un constantemente trajín de actuaciones en los espacios más diversos donde
por supuesto siempre comienza con el
himno compuesto por el mismo dedicado a
nuestro casal, es el momento en que desaparece el niño que vendía churros en su
pueblo para reencarnarse en el virtuoso de los instrumentos de cuerda que viven dentro de él.
Maestro con aula propia
Y bandurria por bandera
es su archivo musical
el desván de su mollera
LOS MUSICOS TIENDEN SUS
CALCETINES EN LA CLAVE DE SOL
J. Hernández
Nota: El amigo y
maestro Quesada nos dejó en este tiempo de pandemia, la noticia nos deja muy
tocados, valga la reproducción de este
escrito que le dedicamos en su día para aliviar nuestro dolor y alargar su recuerdo.
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