Esta semana prolífica en encuentros de finales de curso y actividades está siendo propicia también para la observación del idioma, la naturalidad con que se emplea en estos ambientes el catalán y el castellano ya no llama la atención a nadie ni nadie clama por la imposición del uno sobre el otro, en estos encuentros la política lingüística pierde toda su fuerza y la cuota del 25 % queda subrogada a la categoría de proclama facilona para enfrentar al que no tiene necesidad de reivindicar. Esto me recuerda otros tiempos cuando la devolución del archivo de Salamanca parecía la piedra filosofal del catalanismo y los mismos salmantinos que en su vida se habían molestado en valorar tal archivo salieron a la calle para tratar de evitar lo que otros llamaban expolio y los otros tenían como las sagradas escrituras del pueblo catalán, pasado el tiempo ni unos ni otros han vuelto a acordarse de aquella peripecia, los unos por que su vida a seguido siendo la misma, los otros porque una vez los legajos en su poder se han dado cuenta de que muy poco de lo archivado tenía alguna relevancia, pero fue suficiente entonces para mantener exaltada a la ciudadanía.
Con el idioma está pasando algo parecido pero como la
naturalidad no vende ni gana votos hay quien está pendiente de avivar la mecha como
si de una antorcha olímpica se tratara, hoy día ni un solo alumno de E.G.B.
termina sus estudios sin dominar como mínimo los dos idiomas e incluso un
tercero, como se consigue: con naturalidad dejando que cada profesor imparta
sus asignaturas en el idioma más conveniente para el alumnado y siempre con una
asignatura específica para la enseñanza del idioma propuesto, querer imponer
sabemos por experiencia que nos lleva a la postura contraria, respetar comienza
siendo una medida de simple convivencia.
Otra de las circunstancias es el paso de generación, en estos
días por distintos motivos he visitado alguna de las poquitas casas regionales
que aún sobreviven en Cataluña, la generación que las sustentaba está
despareciendo, nuestros hijos (y aún mas nuestras nietas) están integrados en
otro tipo de asociaciones y clubes
deportivos o culturales y aunque sus raíces siguen estando presentes su
entorno es muy distinto, discernir entre catalán o castellano en estos ámbitos supone una mirada de
conmiseración a quien lo pregunta, sus mensajes de móvil ya no se atienen a
normas, es muy posible que el catalán y el castellano convivan en el mismo
párrafo espolvoreado eso si con algún anglicismo y no pocos iconos ilustrando
su parrafada, querer volver atrás es ir contra natura, imponer normas al
sentido común solo está pensado para los que viven en una anormalidad poco
común.
SE PUEDE HABLAR CON SALIVA, GESTOS O A LA
VOZ DE SU AMO
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