CERCENANDO RAICES

Estos días la prensa catalana se hace eco de la desaparición de uno de los bares más antiguos de Barcelona, uno de aquellos lugares  donde  entrar era como trasponer el umbral de tu casa. JOFAMA  que así se llamaba el hoy fenecido establecimiento, es uno más de los muchos rincones que van desapareciendo en manos de grupos de inversión o especuladores de suelo, no es fácil preservar de la codicia los sentimientos ni tampoco a nadie se le puede exigir que respete lugares que para ti son de culto pero para el resto es un simple chaflán sin más interés que el precio por metro cuadrado. En Horta (mi barrio) aún se sobrevive alguno de estos locales, unos en precario y otros intentando adaptarse a los nuevos tiempos pero lamentándose de que somos nosotros los que los hacemos cerrar comprando y consumiendo en las grandes cadenas obviando de esta manera que en nuestro pecado llevamos la penitencia.

Con esta filosofía las ciudades están perdiendo personalidad, los centros urbanos se clonan unos a otros, las mismas fachadas, los mismos epígrafes, las mismas cadenas son dueñas de nuestros bolsillos en cualquier rincón de España, tomar un café tiene sabor de franquicia, pedir un hamburguesa  es dialogar con una maquina, la tienda del chino se llevó por delante la ferretería de toda la vida, para salir del paso está el súper marroquí  y para cualquier otra cosa te acercas al Merca.

Lamentarse es muy fácil lo que ya no es tan fácil es estar detrás de un mostrador y ver como tu clientela de toda la vida o su descendencia te pasa por delante con la bolsa de súper repleta y solo acuden a tu establecimiento como si este fuera el muro de las lamentaciones. Nuestro mercado municipal está inmerso en un proyecto de reformas, actualmente sobre viven el diez por ciento de sus paradas, recuperarlo se hace arto difícil, dejarlo como está es conminarlo al cierre inmediato, lamentablemente las generaciones que lo auparon serán pronto anécdotas de almanaque

           LAS FRANQUICIAS MATAN LAS RAICES DEL SENTIMIENTO