Nos hemos encontrado en la calle de casualidad , mi amigo sonríe mientras repasamos nuestras últimas andanzas , su hija ha pedido de nuevo su traslado a Madrid, en su momento para ser fiel a sus sentimientos independentistas había pedido el traslado al país vasco donde según decía se sentía arropada en un ambiente más propicio y sobretodo más acorde con sus ideas, hubo momentos en que para no atravesar “España” entraba a Cataluña a través de la frontera Francesa, un punto de vista compartido en el grupo familiar así como su convicción de estar iniciando el camino de una Cataluña independiente. Con todo ello nuestra amistad ha salido indemne, el pacto de no entrometer la política en nuestros encuentros había funcionado, su empeño en hacerme dialogar en catalán y mi persistencia en utilizar el castellano mas enraizado no habían mermado un ápice nuestra relación si bien mi amigo se permitía la chanza aparentar no entender según que palabra para hacérmela repetir, entonces afloraba el humor y al final el abrazo fuerte y una despedida bilingüe daban por cerrados nuestros encuentros.
Nos conocimos en un curso de cocina, intentando emular al
mismísimo Ferrán Adrià. Hoy nos hemos atrevido a politiquear hablando de
malversación y ausencia de enriquecimiento, por su parte sigue convencido que
Cataluña sería más prospera sin lo que
él llama “lastre” español, pero termina admitiendo que la población en general
se vio embarcada en una aventura que pudo salir muy cara. Nos hemos despedido
como siempre riéndonos de nuestros amigables desencuentros y con la sensación de
que aparte de lo económico el intento separatista ha roto familias, grupos de
amigos y creado resentimientos entre vecinos.
Es necesario cerrar ya esta herida donde sin haber ganadores
todos hemos perdido, el gobierno hace mangas y capirotes intentando
conformarnos a todos pero tampoco sería bueno que esta historia se cerrara en
falso, sentirse separatista es perfectamente admisible y nadie puede obligar a nadie
cambiar los sentimientos, pero tampoco es de recibo gastar el dinero común a
favor de una parte, devolver este gasto debería hacerse por cuestación popular,
sería un ejercicio de coherencia y verdadera corresponsabilidad.
LAS
PAVESAS AUN DORMIDAS SIGUEN ESTANDO DESPIERTAS
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tiene a su disposición este espacio para sus comentarios y opiniones. Sea respetuoso con los demás