La calle está tranquila
la calle neutra no es calle
la calle piensa o maquina
la calle no tiene aire
la calle tiene cerrojos
y ojos sin maquillaje.
Paseando por mi barrio me sorprende la tranquilidad que se respira después del último asalto de Pedro Sánchez al poder, la calle no tiene expresión se nota una calma hasta cierto punto inquietante muy poco natural. Horta siempre reivindicadora no luce banderas cuatribarradas en sus ventanas, tampoco exhibe emblemas o símbolos separatistas ni hay manifestaciones de júbilo según es costumbre en momentos en los que la presión popular es necesaria. Se respira demasiada calma una calma poco natural yo diría una calma pactada como preludio de próximas tormentas, sería lógico que después aceptadas las imposiciones separatistas por Pedro Sánchez las calles fueran espejo y escenario de lo que se supone triunfo independentista pero no, el ambiente no es ni mucho menos el de las grandes celebracionesni tampoco denotan un atisbo de alegría y eso llama la atención en este pueblo que aún siempre tranquilo tiene en una parte de su censo muy inculcado el catalanismo.
Parece que los acuerdos de nuestro actual presidente de gobierno no se los creyera nadie, la calma de los más radicales está muy lejos de ser normal como tampoco es normal la falta de un calendario por el que regirse para dar cumplimiento a los acuerdos a los que se ha comprometido. Es muy posible que la dilación en el tiempo sea la estratagema de este cínico que hemos aupado al poder, no tener plazos significa dejar en su mano paréntesis infinitos de manera que el cansancio y la desesperanza erosionen y diluyan en el tiempo los estentóreos intentos del Sr. Puigdemont para no perder protagonismo, nuestro “niño” Sánchez el de la risa estentórea pulula entre los ademanes y argumentos del perfecto jefe de sección del Corte Inglés o la reencarnación del flautista de Hamelin.
Por otra parte Feijóo arrastra un dogal del que le será muy difícil zafarse, haber pactado con Vox no ha sido su mejor decisión, sus aspavientos contra el independentismo me recuerdan a los que se sucedieron con la España de las autonomías donde los prebostes de la política anunciaron fronteras y divisiones por una parte mientras la otra prometía austeridad y eliminación de cargos innecesarios, pero lo que llegó al ciudadano fue una ventanilla de colocación paralela que duplicó mandatarios y nominas de funcionarios en beneficio de la casta de siempre, esperemos que entre unos y otros no potenciemos al flautista que nos ha tocado en suerte y siguiendo el sonido de su melodía nos arrastre hasta el final del cuento.
AL CAMBIAR DE PARTITURA LOS RATONES PIERDEN EL SON
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