sábado, 22 de junio de 2024

HISTORIA DEL ARTE (Visita fundación Miró)

La visita a esta fundación en compañía de los amigos que participamos en el curso de Historia del Arte además de interesante resultó enternecedora, ver desfilar por aquellas salas grupos  infantiles a los que el personal de la institución dirigía y explicaba didácticamente la compleja obra de Miró resultaba cuando menos sorprendente, dar rienda suelta a la imaginación sin atenerse a criticas ni razonamientos encorsetados fue según les decían  la norma de este genio que se volvió niño para jugar trabajando, de cómo las ideas  y el inspiración salían a su  encuentro sin importarle el material con el que jugaba ni los objetos que le rodeaban que al pasar por sus manos cobraron vida y dejando para la historia singulares obras de arte.



Para comprender a Miró hay que regresar a la infancia, a nuestra infancia para ser mas exactos, querer entenderlo para los que ya contamos los años mirando hacia atrás no es tan difícil, basta con regresar a  nuestra niñez aquella en la que una caja de cartón podía ser una casa, un armario o la armadura de un tártaro, con cuatro latas de betún confeccionabas un coche de juguete y la tapadera de una olla tan pronto podía ser el escudo del guerrero del antifaz como el volante del camión de bomberos. En el tiempo de nuestra niñez fuimos felices porque no había espejo donde mirarnos, era un mundo donde el ingenio y la improvisación fueron norma y el reciclaje venía con denominación de origen  entre los pañales.



La obra de Miró es inabarcable, su ingenio y los materiales empleados son infinitos, yo tuve la suerte de ver pintar a Miró en la vía pública, lo hizo en  las cristaleras del colegio de arquitectos justo debajo de su grabado en el cemento de la propia fachada representando la navidad, lo hacía con una pintura muy comercial (Titanlux), por su expresión el resultado no  era de su agrado pero en ello se entretuvo varias jornadas, mi incultura no reparó en que aquel minúsculo personaje vestido de oscuro que mojaba la brota en el bote de pintura roja que le tendía su ayudante era en realidad un gran referente en el altar de los genios.

                      EL GENIO NACE EL ARTISTA SE HACE


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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona