Con arto dolor de corazón hemos dejado el campo donde el calor se hacía brisa al pasar por el tamiz de los pinos y encinas enmarañadas, la ausencia de lluvias ha dejado calvas prematuras en el paisaje al que hemos visto luchar por sobrevivir despojándose de parte de su cobertura, ahormar piedras y trasplantar esquejes ha sido una de nuestras actividades sin olvidar el deporte de ahuyentar algún que otro jabalí que estaba dispuesto a cosechar nuestras almendras por su cuenta, considerar todo esto como una carga de trabajo no sería reflejar la realidad, la liberación mental que esto supone y el intento por conseguir la optimización de recursos reciclando materiales y la reutilización del agua que han sido siempre nuestro santo y seña fueron este verano un curso intensivo de integración en el medio ambiente.
Todo esto ha quedado atrás, el sopapo ha venido al encontrarnos con la civilización, el trinar de los pájaros ha sido sustituido por el chirriar de los móviles, el asfalto hace rebotar el calor que en el campo absorbía la alfombra vegetal y es aire acondicionado lo que en el campo era brisa de media tarde, por lo visto navegar ha dejado de ser también cuestión marinera al incorporar arañas con patas y cresta punki en una competición deportiva a la que llaman Copa América que según dicen supondrá un beneficio para Barcelona de mil quinientos millones, lo que no sabemos si esto será el resultado una vez descontados los gastos de los cientos de agentes desplegados al servicio del evento incluidas patrulleras y grupos especializados de la guardia civil. Barcelona se nos está quedando muy lejos, el centro está copado y ocupado por mercaderes que se retroalimentan así mismos colonizando las calles más emblemáticas mientras el ciudadano autóctono se conforma con los despojos de esta mesa de Zabulón en que se ha convertido el ensanche diseñado por Cerdá.
Mientras tanto un niño enfermo logra parar la guerra por unas horas haciendo que los cañones que descuartizan a sus vecinos callen por un momento y es que los inductores de la masacre han decidido dejar que vacunen a la población infantil que al cabo de una horas seguirá siendo objetivo a eliminar o dejaran morir de hambre impidiendo que llegue la ayuda humanitaria, la barbarie y el sinsentido adquiere una vez más paradigmas de locura.
AL PADRE ILLA LE QUEDAN MUCHAS MISAS QUE CELEBRAR
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