La charlotada era la definición que se empleaba genéricamente para definir el toreo cómico taurino en aquella Salamanca de mi niñez, la definición venia dada por la popularidad de un torero-cómico que hacia las delicias de los más pequeños imitando a Charles Chaplin entre desplantes e intentos de escapada hasta provocar la arrancada de la vaquilla que mas que cornear parecía seguirle el juego.
Me viene esto a la cabeza después de lo ocurrido con Puigdemont en Barcelona, la puesta en escena con horas de antelación, la escapada pactada o no y sobre todo ver a quienes se supone principales responsables de nuestra política seguirle el juego me dio la sensación de estar ante el espectáculo cómico taurino ocupando estos el lugar de la cuadrilla que el protagonista siempre tenía alrededor para sacarle de un imprevisible percance.
Cataluña independentista es una plaza para festejos de mas categoría, rebajar a nuestra policía al estamento de meros figurantes no deja en buen lugar a los que tienen que vigilar nuestra seguridad y admitir según sus declaraciones que no fueron capaces de hacerlo mejor (si fuera verdad ) es como para hacer dimitir a todos su dirigentes y ponerlos a limpiar bosques.
Pero como siempre hay quien se tomó esta Charlotada muy en serio y esos fueron los que de buena fe llenaron el parque de la ciudadela y aguantaron gases lacrimógenos mientras enarbolaban banderas y estandartes, en este caso su condición política para mí fue lo menos importante, yo vi ciudadanos entregados con pasión por defender la Cataluña en la que ellos creen, ciudadanos que hubieran actuado de parapeto en caso necesario, ciudadanos en definitiva fieles a sus ideales y sobre todo dispuestos a lo peor y a lo mejor con tal de servir y proteger a su líder, fue y es para mí la otra cara de este esperpento, gente honrada y honesta, la única parte seria de este espectáculo al que la definición de bochornoso se queda corta.
Pedro Sánchez algún día presumirá de haber fragmentado el independentismo, su voz engolada y su pulcra vestimenta nos explicará desde el estrado que fue él y no otro quien consiguió con argucias enfrentar a sus líderes, pero le aconsejo que no desestime a ese pueblo catalán representado en el parque de la ciudadela que ha sido y es capaz una y otra vez de reagruparse hasta conseguir los fines que se proponga teniendo como norma una sola bandera y un solo espíritu, encontrar a su líder es solo cuestión de tiempo.
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